Prologo

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Definitivamente aquella era una mañana agradable, el viento soplaba con fuerza aunque fuese primavera y las calles estaban vacías excepto por uno que otro arbusto verde vivo que se colaba en cada esquina. Aquella mañana Lisa se dirigía a clases como de costumbre, no era su cosa favorita en el mundo debido a los constantes rumores que corrían sus compañeras en el pasillo sobre ella, en realidad ni siquiera tenia que ir a la escuela, su familia tenia el dinero suficiente para mantener a cinco generaciones de por vida sin que tuviesen que trabajar, es por eso que estaba en uno de los colegios mas exclusivos de todo Seúl.
Su mochila pesaba mas que ella debido a la cantidad de libros que llevaba, o al menos eso solía decir siempre; soltó un suspiro agotado, estaba cansada de caminar, vio su reloj y aún faltaba demasiado tiempo para la hora de entrada asi que decidió tomar asiento en una de las bancas del lugar para terminar uno de sus dibujos. Lisa amaba dibujar.

Aquel lugar era un tanto agradable, definitivamente se convertiría en uno de sus lugares favoritos, le encantaba ver las cosas que pasaban a su alrededor mientras el viento soplaba en su cara. De repente a lo lejos la vió.

Aquella chica de cabello oscuro y hermosos ojos de gato.

La divisó por el cristal templado de aquella tienda de zapatos deportivos y se veia perfecta, su piel brillaba y se veia tan tersa. Era hermosa. Lisa tenia que aceptarlo, tambien tenia que aceptar que le gustaba un poco.

Había hablado con ella un par de veces en la escuela ya que compartían clases, ella era un poco timida, no hablaba mucho pero a Lisa solía darle muchisima curiosidad asi que la convencía para caminar a casa juntas despues de clases; no sabía muchas cosas sobre ella aún salvo por lo de su madre quien la había abandonado dos años antes y que solo vivía con su padre. Siempre trataba de sacarle una sonrisa, y cada vez que la veía sonreir, Lisa sabía que estaba jodida.

Decidió saludarla a lo lejos moviendo su mano pero no la vio, al parecer estaba ocupada viendo los zapatos deportivos, Lisa hizo un gesto de confusión cuando vio a la chica introduciendo los zapatos en su mochila sin pagarlos mientras caminaba muy apresuradamente hacia la salida

-¡Hey! ¡Tu!- le gritó uno de los empleados mientras la perseguía

La chica aceleraba el paso rápidamente mientras Lisa lo veía todo desde fuera

-¡Espera! ¡Ladrona!- otro empleado gritó, ahora eran dos persiguiéndola

La chica de cabello oscuro se alejaba de aquellos hombres como si su vida dependiese de ello

-¡Esperen! ¡Esperen! ¡No la persigan!- gritaba Lisa mientras corría detrás de todos ellos, pensó en que debería comenzar a hacer mas ejercicio ya que su condición física no le alcanzaba ni para correr dos calles

Los dos empleados la alcanzaron finalmente y la taclearon hasta caer en el duro pavimento, la chica gimió del dolor

-Vi que tomó un par de zapatos, ¡te lo dije!- decia uno de ellos mientras los sacaba de su mochila

-¡Dejenla en paz! Tomen- decia Lisa mientras sacaba un par de billetes

-El dinero no el problema aqui, es una ladrona y la entregaremos a la policía- el tipo la tomaba del brazo para levantarla pero no podía apoyarse muy bien

-¡Sueltala! Aqui esta- le daba el dinero en las manos- Eso debe de ser suficiente, vamonos- Lisa la ayudaba a caminar ya que estaba cojeando y la llevó a una de las bancas del lugar

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-Escuché que dejarás la escuela- sentenció mientras se acercaba a la pelinegra quien estaba sentada y al lado tenia unas muletas, al parecer aquella caída fue algo grave

-Solo estoy en esta escuela por mi beca de deporte- dijo sin mas

-Pero vas a volver ya que tu pierna mejore ¿no es asi?

-Ni siquiera puedo comprar zapatos para correr, no tengo dinero, tampoco puedo conseguir una rehabilitación adecuada para mi pierna- Lisa la miraba consternada- Que pena que una tipa rica como tu haya tenido que verme asi, estaba cien porciento segura de mi habilidad para correr y robar

-Y entonces ¿que harás?

-Demasiada conversacion- dijó mientras tomaba sus cosas para levantarse apresurada con ayuda de las muletas

-¿¡Que vas a hacer!?- gritó exasperada

-Lisa, no puedo estar mas aquí, voy a mudarme, nunca me verás de nuevo...- se alejaba como si nada mientras la perseguía

-Entonces ¡Yo puedo pagarte todo!- se paró enfrente de ella deteniendola mientras la pelinegra la veía confundida- ¿Cuanto cuestan los zapatos? ¡¿Cuanto cuestan los libros?! ¡Yo lo pagaré!

-Estas demente- dijo seria mientras se iba

-No es ningún juego- la tomó del brazo

-¿¡Quien carajos crees que eres!?

-Una tipa rica.

𝐑𝐨𝐛𝐛𝐞𝐫𝐬 | 𝐉𝐞𝐧𝐥𝐢𝐬𝐚 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora