1

66 8 0
                                    


(10 años después)

Narra Lisa

-Quizá sienta dolor por tres días, pero intente no tocarse- le expliqué a aquella mujer mientras removía los guantes de mis manos después de hacerle aquel procedimiento estético- Mantenga limpia la herida, coma bien y descanse

-¿Me veo mas linda?- me preguntaba insegura

No entendía del todo el tema de las cirugías estéticas, lo cual es irónico porqué tomé este puesto de medio tiempo en una clínica de belleza, y no, no es que odiara mi trabajo, simplemente no terminaba de entender el porqué las personas no pueden aceptarse cómo son, aquella mujer era bonita, solo necesitaba algo de amor propio

-Si- le respondí confiada- Cada vez está mas cerca de su belleza ideal

-¡Gracias doctora!- se despidió de mi amablemente mientras caminaba hacia la salida

Por fin mi jornada había terminado, había sido un largo turno, pero lo más estresante era lo que venía después, había quedado con mi familia para vernos y cumplir como cada año una de nuestras preciadas tradiciones. Rezarle a nuestros ancestros.

Suena aburrido, y definitivamente lo es, no me considero una persona religiosa ni mucho menos creyente, pero tenía que pasar algo de tiempo de calidad con mi familia de vez en cuando

-¿Acabaste de rezar?- el pequeño asintió con la cabeza, amaba a DoYoon, es uno de los hijos de mi hermano, tiene cuatro años y es adorable

Lo tomé de la mano para que se levantara

-De acuerdo, cambiemos, es el turno del abuelo- lo guíe para que dejara un espacio y el abuelo pudiera entrar a completar sus rezos

Esta tradición no era algo que yo disfrutase mucho, a decir verdad solo me había presentado para que Joon, mi hermano, no se enfadara conmigo, tiene un caracter de los mil demonios, si fuera por mi estaría en mi apartamento ya que ahí siempre me espera algo mejor... o mas bien alguien

Una vez terminados los rezos decidimos caminar hacia el auto todos juntos mientras charlaba con la esposa de Joon

-¿Es niño otra vez?- le cuestioné

¡Ah! Olvidé mencionar que se encontraba pasando por su sexto embarazo, ¿sabrán que los condones existen?

-Si, muy pronto habrán seis ruidosos en la casa- mencionó, a lo que los demás rieron

-Lisa, deberías casarte pronto y darle un nieto a papá... ¿te gusta alguien?

Me incomodaban ese tipo de preguntas, ¿porqué le interesaba tanto?

-Supongo...

Una vez me safé de esa incómoda reunión familiar, decidí pasar a la panadería, tenia algo importante que recoger

-¿Señorita Manoban?- se acercó una de las mujeres que trabajaban ahí

Portaba su uniforme elegantemente y con sus manos sostenía un pequeño pastel decorado con las letras "Feliz Cumpleaños"

-¿Le agrada?

Asentí con mi cabeza alegremente, se que le encantará y no puedo evitar emocionarme al instante, de solo imaginar su cara de felicidad sentía que algo revoloteaba en mi estomago

-También me llevo esto- le sonreí mientras tomaba una de las pequeñas velas de cumpleaños que estaban en el mostrador

-Esta bien, lo agregaré a la cuenta

Una vez pagado todo salí de ahí y me monté en mi coche con camino hacia mi apartamento

-¡Ya llegué!- dije en un tono entusiasmado mientras me deshacía de mis zapatos en la entrada; el silencio que había en el apartamento me abrumaba y me dejaba un tanto descolocada

Caminé hacia la cocina y me encontré con una botella de vino a medio beber

-¿Otra vez bebiendo?- me dije a mi misma por lo bajo- Es peligroso- saqué de la pequeña bolsa aquel pastelillo con decoración y lo metí en el refrigerador un tanto decepcionada, caminé unos pasillos hacía donde se encontraba el baño para abrir la puerta y encontrarme con

-¡Bienvenido!- me canturreó desde la tina repleta de agua con emoción y una sonrisa enorme en su cara

-¿De nuevo estas bebiendo en el baño?- me senté en el retrete haciendole compañia- Te he dicho que es peligroso si se te baja la presión- le dije con preocupación

-Con todo respeto doctora, volver a casa a hacer esto es lo que me motiva en el trabajo- me miraba fijamente con esos ojos de cachorrito

-¡Oh vamos Rosé!- me levanté rapidamente para ir por la botella de vino que se encontraba en la mesa- Entonces, como excepción solo por el día de hoy, te serviré una copa- me acerqué llenando el vaso que tenia en sus manos

Rosé y yo nos conocimos hace un par de años en un restaurant italiano, solo iba a cenar un poco de pasta con mis amigas pero no podía quitarle los ojos de encima a esa hermosa camarera, su cabello dorado me conquistó y esos ojos hicieron que quisiese darle el mundo entero en una bandeja de plata

-Este día será perfecto cuando decidas meterte en esta tina conmigo- me sonrió

-En este momento no pienso mojarme cariño- me acerqué a darle un pequeño beso en los labios- Feliz cumpleaños

-Hazlo otra vez- dijo mientras dejaba su copa con vino en el piso para tener mas acceso a mi y poder besarme mas profundamente, caí en su trampa ya que poco a poco me iba acercando a la bañera para que entrara con ella haciendo que casi nos resbalemos

-¡Oye borracha! Eso fue peligroso- carcajeábamos- No hagas eso- Rosé pasaba sus húmedas manos por mi cuello y ella sabía que era mi punto debil asi que comenzó a besar ahí hasta llegar a mis labios para comenzar a devorarlos como si no hubiese un mañana, trataba de arrastrarme dentro de la bañera, y hubiese sido así si mi móvil no hubiera comenzado a sonar desde la cocina

-Voy a contestar- me levanté rápidamente cortando el beso- Ahora mi blusa está mojada cariño- me quejé mientras me alejaba

-¡Buuuuh Lisa! Que mal- contestó la rubia de forma burlona

Finalmente llegué a la cocina en donde tomé mi movil para responder

-¿Hola?

-Habla Jennie.

𝐑𝐨𝐛𝐛𝐞𝐫𝐬 | 𝐉𝐞𝐧𝐥𝐢𝐬𝐚 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora