El amante

Extra

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– Cuti, para – habló en voz bajá, no era el lugar correcto para hacer ciertas muestras de cariño tan elevado-.

– sólo la punta Sonny –suplicó con la mano metida debajo del bóxer-.

–la otra vez dijiste lo mismo...

El estrecho espacio no lo dejaba lugar para escaparse, reconociendo que seguirle el juego había sido una mala idea. En su defensa el argentino lo engaño con un par de caricias y el accedió a entrar a la ducha.

Era extrañamente contradictorio mientras decía que no, sus piernas se abrían dándole pasó a que hiciera lo que le plazca.

Afuera se escucha el ruido de los jugadores terminándose de cambiar, el partido hacia unos minutos término y podía jurar que el periodista que se cruzó en el camino aún lo está esperando para la entrevista.

Sin embargo el estaba siendo muy bien atendido bajó la lluvia artificial. Los dedos fueron reemplazados por algo más duró y grueso; otra vez caía en lo mismo.

Cristian lo sostenía contra el cerámico entrando lentamente en su interior, comenzando a odiar la sutileza.
Quería que se fueran rápido, que el vestuario quedará vacío.

Estába a nada de gritar o de pegarle a ese idiota que no entendía cuando le decía que no.

Ocupando su boca en otra cosa le mordió fuertemente el hombro , recibiendo la respuesta deseada.

Sus músculos se contraían cada vez que tocaba su punto sensible, el agua resbala por sus cuerpos en una exótica danza.

Era el paraíso...

El peligro de ser descubierto avivó las llamas de la lujuria, no tardó demasiado en acabar dentro suyo mientras el se corría en la mano de Cuti.

Ambos se sonrieron , aun con la respiración jadeante. Cristian inclinó la cabeza para darle un leve besó.  Heungmin quizo bajarse pero un leve dolor lo detuvo.

– Me duele Cutie...

– shhh cariño – lo consoló acariciando su espalda – me estas asfixiando, si dejas de apretar voy a poder salir.

Aunque pareciera irónico conversaron puras tonterías, este era su momento favorito postcoito. La comunicación entre ellos fluía con naturalidad, no había secretos. Heungmin conocía los miedos de Cristian y Cristian conocía los temores de Son.

La distracción sirvió para salír sin provocarle más dolor, lo sostuvo entre sus brazos mientras lo ayudaba a limpiar.

Al asegurarse de que estaban solo , sacó la ropa del bolso y lo cambió

– precioso no te duermas o tendré que sacarte como una princesa – le dió pequeños golpecitos en la cara – te voy a estar esperando en el estacionamiento.

– estoy cansado, llevame a tu casa – bostezo refregando sus ojos somnoliento–.

– eso voy hacer pero primero cumplí con tu promesa, todavía esta el tipo esperando por vos.

De mala gana se dirigió a la zona libre, dejando que el cordobés cargará con sus cosas.

Al saludar al periodista se disculpó por la tardanza alegando que sufrió una contracción involuntaria en el músculo de la pierna. Ya de por sí caminaba raro y la excusa le venía genial para el relató.

Estar de pie fue la peor tortura que padeció en años, cada prenda puesta le incómoda y el deseó de darle una patada a Cuti crece con fervor.

Al terminar la entrevista, caminó lentamente. Cada pasó que daba lo hacía querer llorar y para completar su desdicha Cristian lo comparó con un pingüino.