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El día de hoy he terminado la remodelación de la casa de Doña Cata. Todo ha salido bien y los días sin descanso han concluido, lo que significa que me voy a ver con SeokJin y Taehyung para beber un poco. Doña Cata se ha puesto feliz porque todo está hecho y quiere que me divierta, así que le he tomado la palabra.

Han pasado cinco días desde que Jungkook fue a buscarme en estado de ebriedad. No he sabido nada de él y lo pienso ahora porque ya no tengo nada qué hacer. De ahora en adelante seguramente voy a pensar en lo que estará haciendo...

—NamJoon ha invitado a Jungkook —Tae me dice al oído—. Seguramente se comportará como una mierda contigo, pero lo que en realidad significa es que te extraña. Aceptarlo no está en su orgullo —comenta, apretándome el muslo cuando se abre la puerta del bar, dándome ánimos. Es entonces que Jungkook entra junto a NamJoon y otros tres tipos más. Parece gruñón y tiene ojeras... ¿Jungkook con ojeras?

Aprieto los labios y niego mentalmente. No puedo preocuparme tanto por él. Desvío la mirada y me centro en la cerveza que tengo en la mano. Una corona, una deliciosa corona extra, heladísima, aunque afuera esté haciendo un frío del demonio.

NamJoon se sienta en nuestra mesa, seguido Jungkook y por último los otros tipos. Taehyung los saluda y para no verme intimidado, levanto la cara, los observo y los saludo también. La mesa donde estamos sentados es grande, de hecho algunas veces la hemos usado para jugar cartas o hacer apuestas.

—La princesa está aquí —canturrea alguien tras mi espalda. Siento un apretón en el hombro y me giro para ver de quién se trata. Daehyun también está aquí —. Por un momento pensé que ya no vendrías por estos rumbos...

No sé si su comentario sea bueno o malo, pero sonrío y asiento, pensando en qué responderle.

—¿Y por qué dejaría de venir aquí? —lo reto.

Entonces no responde y cambia de tema drásticamente. Bebo un trago de mi tarro de cerveza y entonces mis ojos se conectan con los de Jungkook.

Él mantiene su mirada fija en mí, en toda mi cara. Era tan penetrante que no puedo evitar que los colores se me suban al rostro. Me sonrojo, lo sé, pero trato de restarle importancia.

De repente todos comienzan a charlar de trabajo, de chicas, de groserías. Se ríen... como siempre. Nada ha cambiado. Inclusive Jungkook se unió a la plática, se ríe en momentos y parece estarlo disfrutando.

El mesero trae otro tarro de cerveza para todos y sigo bebiendo. Me siento incómodo. Jungkook en momentos me ve fijamente y en otros me ignora. Parece estar jugando conmigo. Incluso durante toda la plática salió a la luz una chica que probablemente sería su nueva "aventura".

Aun así, no quise sentirme excluido. Tae y SeokJin platicaban conmigo de otras cosas. Todos en esa mesa teníamos conversaciones totalmente diferentes y eso hizo que ya no me sintiera tan patético.

Jungkook de verdad parece estarse burlando de mí... Se ve...feliz.

¿Ya no recuerda aquella vez que fue a buscarme? Incluso estando ebrio nada se le olvida...

¿Y si Jungkook ya me ha olvidado, y si ya se ha cansado de cambiar su actitud hosca? Sonrío de lado, bebiendo otro trago de mi cerveza. Levanto la mirada y vuelvo a encontrarme con sus ojos, con aquellos ojos que se clavan en los míos con fuerza. No sé si está molesto, si está burlándose. Su rostro es ilegible.

Sin apartar sus ojos de los míos, levanta su cerveza y la bebe por completo, sin respirar si quiera. Aparto la mirada de la suya y me dedico a ver y escuchar a los otros.

Diez minutos han cursado entonces.

Ya quiero irme. Me siento nervioso, ansioso e inclusive asustado; Jungkook no ha dejado de verme durante esos diez minutos. Y mientras me ve, bebe litros y litros de cerveza. Incluso de re ojo miro cómo los nudillos se le ponen blancos al sujetar el mango del tarro fuertemente.

Albañil -Kookmin (adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora