Negan x Tú // Historias Cortas y One Shots

3/3 - Odio desearte.

- Despierta, cariño. He vuelto para ti.

Abrí los ojos y vi a Negan, inclinado sobre mi cama, mirándome. Yo me froté los ojos bostezando.

Miré por la ventana. Eran más o menos las 18 de la tarde, aún no anochecía pero el cielo no estaba muy iluminado. Me senté en la cama y Negan se quedó de pie, mirándome.

Me arreglé un poco el vestido, que se me había subido, y luego lo miré.

- ¿Qué quieres? -dije con voz ronca.

Él me miró y me indicó que saliera de la habitación.

- Ven conmigo.

Lo seguí, y me llevó hasta la puerta de su habitación, pero no la abrió.

- Sabes... hasta mañana por la mañana no tengo nada que hacer -dijo.

Yo lo miré y me encogí de hombros. Él me observó, con una sonrisa en los labios.

- Por eso... he pensado que, mientras no tenga nada que hacer, puedo dedicarme a estar contigo.

Inspiré profundamente, intentando relajarme. Viendo hacia dónde iba la situación.

- He pensado que puedes venir a mi habitación a pasar un buen rato ¿eh? Un buen orgasmo seguro que te anima esa cara.

Sentí que enrojecía. La sangre iba a mis mejillas y yo me sentía llena de rabia y excitación. Una emoción complementaba a la otra y odiaba sentir el deseo y el poder que él infligía sobre mí.

- No. -dije- Con tu permiso, voy a regresar a...

Él puso el brazo delante de mí, tocando la pared e impidiéndone el paso.

- Tú no vas a ninguna parte. Sigues mis órdenes ¿no es así?

- Sigo tus órdenes per-...

- No hay peros -dijo él. Me miró y vi rabia en sus ojos.

- ______. No lo entiendes. -abrió la puerta de su cuarto- Entra.

Lo hice, lentamente. Me dio una suave nalgada y rio levemente cuando pasé por la puerta. Me di la vuelta y Negan me dio un bofetón. Yo gemí. No pude reprimirme y le bofeteé aún más fuerte.

Él se tocó el rostro y sonrió mientras cerraba la puerta.

- Oh, sí. Eso ha estado bien ¿eh?

Me mordí la lengua y me atreví a dar un paso adelante para salir de allí.

- Si te mueves, te obligo a arrodillarte y a comerme la polla. Quieta de una vez. Escúchame.

Se me erizó la piel y bajé la mirada. Me quedé completamente quieta.

Él sonrió, yo me ruboricé.

- ¿Te lo has imaginado? -dijo riendo- Podrías hacerlo realidad, si quisieras.

Negué con la cabeza, empecé a respirar rápido.

- No voy a hacerte hacer eso si tu no quieres -dijo él- Pero mi propuesta sigue en pie. No es nada personal, si quieres pasar el rato y que te haga sentir bien solo tienes que decírmelo.

Hubo silencio.
Y me odié a mi misma por planteámelo. Quizá... quizá iba a disfrutarlo. No... no me había imaginado tener que plantearme eso. Él era un psicópata, pero yo seguía conservando mi virginidad en mitad del apocalipsis y había encontrado a un hombre que me atraía y estaba dispuesto a quitármela, cosa que él no sabía. Era mi secreto.

Él se acercó mucho a mí, sus labios rozaron mi mejilla y luego de acercó a mi oído, sus manos reposando en mis hombros.

- ¿Sabes que significa que tenga cinco esposas? Que voy a darte el polvo de tu vida -susurró. Me estremecí- Nunca nadie podrá follarte tan bien como lo haga yo. Lo vas a recordar para siempre y vas a querer más -sonrió. Se alejó de mí lentamente y alzó las cejas.