ABSTRACT LOVE | H.S.

CAPÍTULO III

« El enamoramiento se basa en el romanticismo. El amor se basa en el sacrificio. »

Siempre he odiado cuando nos mandan a algún lugar por parte del colegio. Voy en quinto semestre, no es como que fuesemos niños para que nos envien a algún parque acuático por el día del niño.

Al parecer está escuela sirve en muchas obras de caridad, eso es lo que íriamos a hacer hoy: caridad. Caridad con niños y adolescentes huérfanos y discapacitados. Haría una excepción hoy y trataría de disfrutar la salida, si hay algo que me gusta es la satisfacción de haber ayudado a alguien en necesidad.

Saldríamos del colegio en buses para llegar más rápido y juntos, porque fácilmente cada quien se hubiese ido en su auto.

A las diez de la mañana ya estabamos en nuestros respectivos asientos. Llegamos a la plazuela cerrada donde sería el evento, sentí mi corazón apretarse al ver a variedad de niños enfermos o sin padres que los acompañaran.

Llevabamos alrededor de tres horas en el lugar jugando, platicando, cantando y bailando con los niños. A lo lejos divisé a Styles jugando con un niño de no más de cinco años, sonreí inconscientemente. En estos seis meses había aceptado que era bastante guapo, inclusive podría denominarlo mi crush, ahora entendía por qué a mis amigas les gustaba. Jugaba fútbol y era lo suficientemente apuesto, tenía a chicas tanto de su grado como de otros detrás de él, pero había notado que a él le era un tanto indiferente.

—¡Hey!—llegó Carolina corriendo a mi lado, aparté inmediatamente la vista de el chico.

—¿Qué pasa Caro?—sacudí mi cabeza al sentirme ida y confundida.

—Estabas viendo a Styles ¿verdad picarona? ¿No que era feo?

—Nunca dije que fuera feo—lo vi disimuladamente sobre el hombro de mi amiga.

—Te diré algo, tú lo que quieres es hablarle. Marina se lleva con él. ¡Marina!—le gritó a todo pulmón y yo reaccioné tarde pues Marina se había dado vuelta ya, aun así le tapé la boca a mi acompañante.

—No quiero hablar con él.

—Si quieres—alcancé a distinguir esas palabras salir de su boca mientras mi mano la tapaba, la retiré lentamente—. Te gusta.

—No me gusta, no lo conozco, no le hablo—negué—. Utiliza la lógica.

—Si lo conoces, sabes su nombre y que va un curso abajo, suficiente.

—Vaya definición de conocer—rodé los ojos.

—¿Me hablabas Caro?—Llegó Marina.

—De hecho, sí. Mira, acá mi amiga quiere conocer al guapote de Styles.

—Así que te gusta...—elevó las cejas repetidamente.

—No, no—meneé la cabeza—. No lo conozco, no me gusta.

—Por si no sabes todo se empieza por atracción.

—Tampoco me atrae.

—Acompañame—Marina me tomó del brazó y me arrastró consigo—, tengo que decirle algo.

Renegada solté un suspiro frustrado, me dejé arrastrar por la chica hasta el otro extremo de la plaza. Una vez me soltó, tomé mi celular y comencé a teclear cosas sin sentido a Bárbara.

—...ah, ella es Amber—me codeó disimuladamente para que prestara atención—. Amber, él es Harry—asentí y volví mi mirada a la pantalla la sentí vibrar entre mis manos—. Te habla—me susurró,

—¿Ah si? ¿Qué dijo?

—Te preguntó cómo estabas.

—Ah, bien ¿y tú?—dije rápidamente.

—Bien, eres nueva ¿verdad?

—Sí, por desgracia.

—¿No te gusta el colegio?—por primera vez en mi corta estancia en la nueva escuela me miró y pude apreciar sus hermosas orbes verdes.

—No es eso, simplemente siempre he detestado la idea de ser nueva en algún lugar.

—Pero es bueno, si no no harías amistades—le pateó la pelota al pequeño en un intento de jugar fútbol.

—Eso creo. Hola—saludé al pequeño niño de tez blanca y cabello negro—. ¿Cómo te llamas?

—Tyler.

—Que lindo nombre, ¿es...?

—Huérfano—me contestó Harry por lo bajo antes de que terminara la pregunta. Asentí.

—Eres muy bonita—me dijo el pequeño Tyler, sus ojos eran azules y no pude evitar ablandar mi corazón.

—Gracias—sonreí y me agaché para estar de su estatura—. Tú eres muy guapo, ¿cuántos años tienes?

—Cinco—me mostró sus cinco deditos, tomé su mano entre las mías—. ¿Cómo te llamas tú?

—Amber.

—Amber, ¿quieres ser mi mamá por hoy?

—¡Claro que sí! ¿Quién es el papá?

—Él—señaló a Harry y me sentí un poco cohibida.