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📍Las Vegas Nevada.
LAS VEGAS UNA CIUDAD NOCTURNA conocida por los excesos, donde a altas horas de la noche aún encontrabas gente en las calles, un lugar llamativo para los turistas que recurrían ahí para olvidar sus problemas, cuyo era el caso de Charlotte y Amelie.
Su carrera como modelo no siempre le permitía tener vacaciones pero al tratarse de su mejor amiga estaba dispuesta a romper algunas reglas, y así fue como término en un hotel cinco estrellas.
Para Charlotte era casi imposible ocultar la euforia que sentía al encontrarse en esa ciudad dispuesta a regalarle una noche maravillosa a su mejor amiga, tenía un ligero presentimiento de que esta noche sería inolvidable para ambas.
Su vestido de lentejuelas resaltaba a simple vista ajustándose ligeramente en la cintura que le daba ese toque sensual, sonrió mientras se observó en el espejo por última vez antes de ir a buscar a Amelie.
El golpeteo de sus tacones era lo único que se escuchaba en el pasillo hasta que se encontró enfrente de la habitación de su compañera, al abrir la puerta se encontró con la figura de la castaña sentada en la orilla de su cama luciendo completamente pérdida.
─Amelie ¿aun no estas lista? ─ cuestionó llamando la atención de su mejor amiga. ─No viajamos a las Vegas para quedarnos encerradas en la habitación, esta noche hay una fiesta espectacular en un antro que encontré y es justo lo que necesitas para despejarte. ─ la castaña intento sonreír pero solamente pudo hacer una mueca.
─No lo se Charlotte, tal vez me quedé a descansar.
La expresión de la rubia se suavizó mientras se acercó hacia la castaña y se sentó a su lado.
─Mira Amelie, vinimos a las Vegas para olvidar y divertirnos. Estas aquí en una de las ciudades más vibrantes del mundo. Tienes que salir, disfrutar al menos intentar pasar un buen rato. La vida no espera y esta fiesta puede ser el cambio que necesitas.
La castaña soltó un suspiro mientras asintió lentamente decidiendo ceder a las palabras de su mejor amiga.
─Esta bien. ─ respondió mientras intento sonreír. ─ Una fiesta no me hará daño.
─¡Eso es lo que quería escuchar! Ponte algo impresionante porque esta noche será impresionante. ─ declaró la rubia mientras sintió como su amiga se levantó de su lugar tomando un vestido se dirigió al baño.
El celular de la castaña vibró ligeramente llamando su atención, sonrió al darse cuenta que se trataba de su mejor amigo.
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Salió de su pequeño trance cuando su mejor amiga salió del baño portando un vestido negro que se apegaba a su cuerpo resaltando su figura, la rubia sonrió enormemente mientras la miraba con fascinación.
─¡te ves increíble!
─Gracias Lottie. ─ respondió con una sonrisa. ─Bueno, vámonos.
Ambas sonrieron mientras abandonaban el Departamento de la castaña, esta sería una noche increíble.
•••
Las luces iluminaron la habitación cuando ambas ingresaron al lugar, inmediatamente robaron la atención de varios ocasionando que ambas soltaran una pequeña carcajada.
Charlotte se encontraba agarrando la mano derecha de la castaña mientras se dirigía a la barra de bebidas, hasta que sintió como su mejor amiga soltaba su mano y se quedaba en la mitad de la pista hablando con alguien. ─ en su momento no le prestó atención, pues ese era el motivo de haberla hecho salir: que conociera a alguien.
Así que ella siguió su camino, tomó asiento enfrente de la barra mientras pedía una botella de Bourbon sintió como una mano áspera descanso en su hombro para llamar su atención. ─ volteando su rostro observo cómo el monegasco la veía con una sonrisa mientras su acompañante observo el rostro de la rubia con intriga.
─Vaya hasta que te encuentro. ─ menciono el piloto de Ferrari con diversión. ─ No sabes la cantidad de rubias que hay en este lugar, te confundí tres veces.
─Idiota, pensé que era especial para ti. ─ respondió mientras se limpiaba una lágrima falsa.
─Y lo eres. ─ admitió. ─ por cierto te quiero presentar a mi compañero de equipo, Carlos Sainz.
El español asintió mientras observo cómo la rubia le sonreía coqueta y le tendía la mano, el piloto la tomó por sorpresa cuando en vez de estrechar su mano depósito un beso en su torso.
─A tu servicio, Carlos Sainz.
─Encantada, Charlotte Fane.
El monegasco había pasado desapercibido la manera en que ambos se miraban, mantenía su atención en una figura femenina en la pista de baile que no fue conciente de aquel inicio donde la tentación estaba ganando.
─Muy bien Carlos. ─ respondió llamando su atención. ─ Te dejo a la pequeña rubia a tu cuidado, tengo algo que hacer.
El mencionado sonrió como respuesta al darse cuenta de las intenciones de su compañero, mantuvo su vista en su espalda hasta que desapareció entre la multitud.
─Muy bien, Lottie. ─ declaró mientras hacía énfasis en su apodo. ─ Estas bajo mi cuidado.
La rubia soltó una pequeña carcajada mientras vertía Bourbon en su copa, aquel sonido era como la mejor melodía para el español.
─Muy rara tu manera de coquetear. ─ admitió causando que el piloto frunciera su ceño divertido. ─ Entonces, eres el segundo español de la Fórmula uno.
─¿Quien es el primero? ─ cuestiono Carlos.
─Fernando Alonso, obvio. ─ respondió con diversión.
─Tu sabes de mi pero yo no sé nada de ti, no es justo.
─¿Que quieres saber? ─ cuestionó en un susurro. ─ Soy una modelo Austríaca.
─¿Porque charles no me contó que tenía una amiga tan linda?
─Tal vez porque tienes novia. ─ respondió.
─Pero ahora no está aquí, puedo conocerte.
─La tentacion habla por ti en este momento, joven Sainz.
─Las rubias son mi perdicion.- admitio.
El inicio de una aventura romántica puede empezar con una noche.
