𝗧𝗿𝘂𝘀𝘁 𝗧𝗵𝗲 𝗧𝗶𝗺𝗶𝗻𝗴.

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Miedo. Miedo es el término adecuado para describir todo esto que siento en estos momentos.

Todo pasa por algo, ¿no?

¿Pero por qué tiene que pasar esto? ¿Por qué? Es la única puñetera pregunta que se repite en mi cabeza.

Me pone muy nerviosa no tener el control. Siempre encuentro el porqué, la explicación y soy capaz de llegar a una solución, ponerlo todo bajo mi control. Pero ahora no. No está bajo mi responsabilidad. Mis padres estan compartiendo la decisión que han tomado de separarse. Tan pronto he entendido de qué iba la cosa, he dejado de prestar atención. De repente, mi mirada estaba clavada en un punto fijo de la mesita que tenía enfrente del sofá en el que estaba sentada, entre mi hermano Unai y mi hermano Jaime. Todo a mi alrededor estaba borroso, no escuchaba nada, solo los miles de pensamientos que se mezclaban entre si en mi cabeza dejándome completamente aturdida.

Puede sonar el comportamiento más inmaduro pero mi única reacción en ese momento fue levantarme y salir de casa sin soltar palabra. Ni siquiera me atreví a detenerme para ver la reacción de mis padres, pero seguramente quedaron algo afectados por mi manera de actuar. Tampoco pensé en mis hermanos. Fui una hermana mayor completamente egoísta, con una actitud de niña pequeña.

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Llevaba ya tres horas sentada en un banco de madera, con las piernas cruzadas, fijándome en las colinas frente a mi. Me encantaba observar a los pájaros. En algunos instantes, conseguía centrar mi atención en el mundo tan bonito en el que vivimos, contemplando el cielo, el verde de las montañas, los pajarillos canturreando... Me sentia en paz, en calma, con la mente en blanco. Hasta que veía alguna familia paseando juntos de lo más tranquilos, riendo por cualquier broma que se les hubiera ocurrido. Y entonces pensaba que yo nunca más iba a volver a vivir eso, que nunca más volvería a pasear con mi familia al completo. Ni siquiera estar sentados todos juntos en el sofá sin hacer nada. No volveremos a estar todos juntos.

Y es aquí, cuando comienzo a darme cuenta del increíblemente grande significado que tiene la palabra nunca. Es decir, jamás, nunca más en lo que me queda de vida. No volveremos a escoger películas juntos, no volveremos a escuchar a mis padres bailando bachata en el comedor, no volveremos a salir a cenar los seis juntos, no volveremos a vivir juntos. No habrá nada más los seis juntos, como una família.

Y siento como ese pensamiento se convierte en una asfixiante sensación que aprieta mi estómago, mi corazón. De repente me duele todo el cuerpo. De repente solo quiero soltar un grito desgarrador mientras rompo en llanto. Pero nadie me sujetaria. Una vez más, tendría que arreglármelas para poder gestionar todo lo que sentia y seguir adelante.

Tenía que regresar a casa y ver las caras de mis hermanos. Les había dejado solos. Había dejado a mis padres con la palabra en la boca, cuando estaba más que claro que esa decisión era más dolorosa para ellos que para cualquier otra persona. Me sentía una mierda de hermana, una mierda de hija, una mierda de persona. Maldecí por dentro. Todo estaba mal en aquél momento.

Yo estaba mal. Mi familia ya no era esa família, en cuanto vuelva, nada será como siempre. Mis amigos a más de 400 kilómetros. Mis auriculares sin batería. Estancada en una ciudad donde no encontraba salidas para seguir mi camino como pianista. Estaba realmente abrumada con esta situación.

⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ☽ 𝗣𝗲𝗿𝘀𝗼𝗻𝗮𝗷𝗲𝘀 ☾︎

☽ Familia Mendaña Moya.

Alex Mendaña Lombide. El padre de Jimena y sus tres hermanos pequeños. 47 años de edad. Es una persona muy cariñosa y atenta, dispuesto a hacer cualquier cosa por su familia. Ésta es su máxima prioridad. Realmente es un padre que cualquier niño desearía tener. Todos los críos lo saludaban al ir a buscar a sus hijos al colegio, siempre iba a las salidas cuando los profesores pedían que los papás acompañaran a la clase.
Es muy humilde y aventurero. Es esa persona que se basa en "nadie nos asegura que exista un mañana, así que tenemos que vivir y disfrutar el hoy. " Parece no tener miedo de nada, toma los riesgos y después, se atiene a sus consecuencias. Jimena le admira especialmente por esa característica. Siempre sabe comerse su orgullo y aceptar errores, sabe cómo pedir perdón y ponerse la cola entre las patas como un perrito arrepentido.
Debido a un incidente que tuvo de joven, perdió a la sensibilidad de su mano derecha y obtuvo un certificado de discapacidad. Por ese motivo no está legalmente capacitado para trabajar, pero él lo hace por su cuenta, con Miren. Miren es una mamá de unos niños de la clase de Jaime. Cuando se enteró que a Alex no se le permitía trabajar por su discapacidad, ella le ofreció ayudarla con un pequeño negocio que llevaba ella misma. Por suerte, ella le entrega el dinero mensualmente en físico, de modo que no necesita hacer papeleo. Se puede decir que Alex trabaja en negro, pero no hace ningún tipo de acto ilegal. Trabaja haciendo obras, algo así como lampista, o al menos así se refiere él a su trabajo.