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En la mañana siguiente, Felix se despertó lentamente sintiéndose totalmente descansado; ¡Ayer fue un día espectacular!

Estirándose en su cama, visualizó a su hermanito aún durmiendo en su cuna; Minhoney también la había pasado genial, se merecía dormir más horas incluso.
Con las patitas descalzas se levantó de su cama y se encaminó hacia la habitación de su padre para despertarlo.

Estirándose para tomar la manija, abrió la puerta viendo una gran masa de sábanas— ¡Papi~! ¡Despierta papi! — Se subió a la cama gateando hasta el cabezal— Papi, ¿Vamos a desayunar?— Le quitó las telas del rostro

Los ojos del adulto se mostraban muy cansados y rojitos. Su miraba parecía pérdida y sin intenciones de mirar al chiquito— Aún es temprano, hijo... Vuelve a la cama...— Dijo en voz baja volviendo a acomodar las sábanas por encima de su cabeza

En ese momento, el pecoso abrió sus ojitos en preocupación; Si su padre se comportaba así, es porque estaba en uno de esos días, y lo que menos le gustaba a Felix eran esos días.

— No papi, vamos a levantarnos los tres así com-memos ricos panqueques con miel y... Y...—

— ... Dame unos minutos más...—

Felix hizo un pucherito triste, detestaba cuando eso pasaba, siempre era lo mismo; Su papi se ponía triste y no salía de la cama, dejando a los dos menores solitos el resto del día.

Quitando sus manitos de las sábanas, Felix dijo— Bueno...—
Se bajó de la cama y fue a su habitación compartida para levantar al bebé. Bajó una de las rejas del mueble y con suavidad le habló al pelinegro menor
— Hola Minhoney~ ¿Vamos a desayunar? — El bebé se retorció estirándose y soltando pequeños quejidos. Felix los acalló y con fuerza lo levantó para llevarlo al baño

Ya allí, lo sentó en la tapa del inodoro y con una toallita húmeda le limpió la cara. Al terminar, lo llevó de nuevo a su habitación y lo acostó en su cama para mirarle los pañales; Efectivamente, necesitaba un cambio.
Felix no era tan experto como su padre, pero tenía la suficiente capacidad para cambiarlo y limpiarlo casi a la perfección. Y al acabar de hacer eso, fue al living para empezar a hacer el desayuno; no habrían panqueques, pero a cambio, haría cereales con leche, yogurt para él.

Dejó a su hermanito en el suelo y con una silla se subió a la mesada para alcanzar la caja de cereales y la leche de la nevera. Tomó dos tazones y en uno puso leche y cereales, en el que sería suyo hizo lo mismo sustituyendo la leche por el yogurt.
Terminado eso, con cuidado tomó el tazón que sería para su padre y a pasitos de pingüino lo llevó a su habitación.

Con la patita, abrió la puerta— Papi, te traje el desayuno— Dijo dejando el tazón en su escritorio— Yo comeré cereales con yogurt y le haré un...un.. uh... Un sándwich a Minhoney— Comentó feliz sin realmente recibir una respuesta concreta, un "Hmm~" de su parte— Papi, come mucho, por favor..— Sonrió levemente saliendo de allí para ir al living y hacerle el desayuno a su hermanito para al final comer mientras miraba la tele

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Con el estómago lleno, ambos jugaron en el living con sus juguetitos; Felix vigilaba atento a Minho para que nada malo le pasase mientras pensaba que hacer para que su papá salga de su cama, ¡Casi era el mediodía y no habían comido! Eso sería malo, a Felix le daba un poco de miedo usar el horno, no podría cocinar él solito.

Estirándose un poco, se levantó y se encaminó a la habitación del adulto responsable; Al abrir la puerta, encontró el cuarto como estaba cuando le dejó el desayuno. No se había movido ni un centímetro y el plato seguía intacto, ¡Todo mal!

Sɪɴɢʟᴇ Dᴀᴅ |HʏᴜɴBɪɴ|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora