Capítulo 43 - "Si no fuera por ti no podría levantarme de este piso."

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"Si no fuera por ti no podría levantarme de este piso."

Milton Keynes.

Lena.

Mi cuerpo se siente entumido, no soy capaz de moverme, me siento demasiado débil y quiero gritar, pero no lo hago, me quedo en silencio observando la habitación en la que me encuentro. El color azul claro me abruma, todo luce tan apagado y deprimente que me desespera.

Estoy haciendo lo posible para mantener la calma cuando me doy cuenta de que estoy sola, no hay nadie a mi alrededor y eso me asusta, porque no se que ha pasado, no se que hago aquí.

Intento recordar, mi mente se llena de las últimas imágenes que tengo de ayer, la sangre entre mis piernas, el dolor inmenso, Christian llegando a mi departamento, Fewtrell apareciendo cuando llegamos al primer piso, todo aparece como flashes en mi mente y me dejan aún más abrumada.

El miedo me invade, junto toda mi fuerza para posar mis manos sobre mi ahora inexistente vientre, ya no está ahí el pequeño bulto que tenía ayer al llegar del trabajo. Mi respiración se acelera cuando me doy cuenta de todo, ato cabos y recuerdo toda la sangre que mancho mi ropa.

He perdido a mi bebé.

He perdido a lo único que no deseaba perder.

De pronto el techo de la habitación se torna borroso, las lágrimas acumuladas en mis ojos me impiden ver a mi alrededor. Hago todo lo posible para no llorar, se que si esto ha pasado es por culpa mía. Yo soy la única culpable de todo, de perder a mi pequeño bebé, de decepcionar a Charles, de no ser lo suficientemente fuerte como para evitar que todo esto sucediera.

Me culpo a mi misma porque yo desee muchas veces no estar embarazada, lo desee con tantas fuerzas que se hizo realidad. Mis mejillas se han empapado porque no he sido capaz de contener las lágrimas, hago todo lo posible por no gritar por no sacar toda la culpa que tengo un mi pecho por lo que he hecho.

Charles va a odiarme, va a estar muy decepcionado de mi cuando sepa lo qué pasó. Al menos podré soportarlo todo yo sola, no veré su rostro reprochándome lo que ha pasado hasta que regrese en poco más de una semana.

No puedo evitar acariciar mi vientre como si mi bebé estuviera ahí, al parecer es el único consuelo que me queda después de todo, solo será un recuerdo, solo será algo que se quedará en mi memoria y nada más, porque todos mis mis sueños se han esfumado en un abrir y cerrar de ojos.

El nudo en mi garganta me impide respirar correctamente, hace que mi corazón se acelere y en el peor momento de mi vida parece que me va a dar un ataque de pánico. No estoy en condiciones de poder soportarlo, estoy aterrada pero hago todo lo posible por respirar correctamente aunque parezca imposible en este momento.

La puerta de la habitación se abre justo cuando estoy logrando tranquilizarme, veo a la persona que entra y mi corazón parece detenerse.

Charles sonríe, me observa con admiración y como si no supiera lo que ha pasado. Lo veo acercarse a la camilla en la que me encuentro sin borrar su sonrisa de su rostro. Yo niego, me apresuro a hacerlo cuando me doy cuenta de sus intenciones. No quiero que se acerque más, no quiero que me toque porque se que si lo hace me sentiré peor y la culpa aumentará.

— No. — Mi voz suena ronca y ahogada por las lágrimas. — No Charles.

— Cariño. — Susurra confundido por el tono de voz con el que le he hablado. — Todo está bien amor, ya ha pasado lo peor.

HE IS THE ONEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora