Besos

4 2 0
                                    

Una mirada, un suspiro.
No sé cómo es que sucede, no sé cómo se supone que debe ser.
Estamos bromeando, susurrando palabras bonitas, sinceros "te amo" y pensamientos intrusos de media noche.
Una caricia, un beso.
A penas un roce, miradas tímidas, caricias lentas.
¿Qué se supone que estoy haciendo?
Mi cabeza da vueltas, las mejillas rojas, los ojos brillosos y las emociones sueltas en un lugar tan pequeño a mitad de la noche.
Una broma, otra caricia.
Seguimos hablando, demasiado cerca como para que el aire traspase.
Hace frío afuera, pero adentro la temperatura se mantiene.
Mis manos escurridizas, que necesitan sentir el roce de tu piel caliente.
Nervios, manos sudadas, espasmos por tus toques delicados.
Cierro los ojos, otro beso.
En la mente solo tenía uno, pero sucede de nuevo, ese roce que te deja en trance, ese roce que solo hace que te desee con desesperación.
Estoy pendiendo de un hilo, la cordura se corta, respiraciones pesadas, necesito sentir, necesito saber que está pasando.
Una risa tímida, más besos.
Puedes escuchar mi respiración, piernas inquietas, caricias lentas en tu cabello.
Solo puedo pensar en seguir rozando mis labios con los tuyos.
Besos, besos.
Los chasquidos que inundan mi mente, tus suspiros, tus piernas enredandose en las mías.
Quiero más, mucho más, ¿cuánto de ti puedo tomar?
Más besos.
¿Cómo se supone que debo hacerlo?
Me dejo llevar por mi mente, no sé lo que hago, no sé lo que digo.
Siento tu desesperación, tu necesidad.
Me pides que pare, me pides que me calle.
Tus manos me toman con fuerza, no quieres soltarme, puedo sentir con claridad el movimiento de tus labios cuando me pides que me detenga.
No quiero parar.
Respiro, tomamos un descanso.
Hablamos de nuevo, mi mente divaga, es de madrugada y todo lo que digo me suena a como si me hubiera drogado.
Tus besos hacen que flote entre las nubes.
Un suspiro, incontables besos.
Me tocas, mi cuerpo se deleita, la necesidad aumenta y deseo besarte de nuevo.
Demasiado rápido, demasiado abusivo, no es suficiente.
La luna en el cielo y la carpa que nos envuelve resultan ser los únicos testigos de nuestro atrevimiento a mitad de la noche.
Un tranquilo buenas noches, cierro los ojos y amanece.

No Idea Donde viven las historias. Descúbrelo ahora