Capítulo 1: Pie izquierdo.

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En cuanto la última caja había llegado a casa empecé a desempacar todo, quite las bolsas que cubrían los sillones y me senté un rato, estaba exhausta por la llegada a mi nuevo hogar, mi nueva casa, encendí tráfico de datos y chequeé mis redes sociales, nada de esto era algo que yo conocía, una nueva aventura para mí ser.

Paso el tiempo muy rápido, ya había desempacado apenas y un cuarto de lo que tenía por desempacar, me fui a la cama a acostar, estaba leyendo los comentarios en mi nueva foto de Instagram cuando de repente llamo algo mi atención, se escucharon ruidos de a fuera de mi casa, en seguida fui a ver qué era lo que estaba sucediendo en ese instante, eran un par de adultos, bueno no sé si le puede llamar adultos por la forma en que se comportaban, eran como adolescentes invadiendo mi cochera.

—Venga, subid conmigo—dijo el que estaba sentado en el triciclo

— ¡Pero qué voy a terminar en el suelo!—le respondió el otro parado

En seguida salí— ¿pero quiénes son ustedes?—pregunte con el ceño fruncido

Rápidamente el chico del triciclo se levantó y me miro—ah...—parecía que estaba sorprendido al saber que lo había visto o algo parecido, y continuó—lo... lo lamento mucho...no sabíamos que vivía gente aquí—me dijo avergonzado

— ¿y solo por eso vienen a invadir casas ajenas? ¿Qué edad tienen, 12?— le contesté muy enojada

— en realidad tenemos veint...—antes de que pudiera acabar de hablar el chico que estaba aún lado del de el triciclo, el del triciclo le dio un codazo en la espalda

—Me pregunto si sus madres estarán en casa para hablarles de sus travesuras—dije y cerré de un portazo la puerta, aun viendo por la ventana veía como entre ellos se culpaban y en menos de un minuto ya se habían ido.

Joder, que tan inmaduros deben de ser esos tipos, no me imagino el día en que ya no los aguante.

—pensé que ese tipo de hombres solo se aguardaban en casa—dijo Fanny y le dio una sorbida al café helado

—tal vez se calmen cuando se acostumbren a su nueva vecina ¿no crees?—respondí

— ¿Y si no se acostumbran, querida?—me preguntó jugando con el popote aun intáctil

—Para ese entonces me suicidare—dije sarcástica mirando la mesa del Starbucks

— ¿¡Qué!? ¡No puedes hacer eso! ¿Cómo es posible que...—

—No me voy a suicidar Fanny...—le interrumpí

—Menos mal...—me dijo aliviada

Al final término dejándome en mi casa, cuando Fanny se fue intente sacar las llaves de mi bolsillo derecho del suéter de algodón, pero me fue imposible ya que los ruidos de al lado de mi casa me invadían.

 — ¡NO! ¡PARA! JAJAJAJAJA

—Déjame ver tu cara entonces pues

¡Me hartaban esos desquiciados inmaduros! No soporte más y fui a tocar a aquella casa tan escandalosa, la cual la abrió el chico del triciclo de la noche anterior.

—eh...—hizo una pausa viéndome primero los pies y terminando viendo a mis ojos, después continuó— ¿Qué ocurre?

— ¿Qué ocurre? ¡No puedo soportar el ruido que hacen tú y tu amigo de 12 años!—respondí enfadada

— ¡eh! –Dijo detrás de la puerta el otro tipo— ¡Que te estoy escuchando!

— ¡Qué bien, es lo que quería!—le grite muy enojada

— Lo siento—se disculpó el chico

Le puse ojos en blanco y me encamine hacia mi casa, ahora se escuchaban susurros fuertes que provenían de la casa del tipo y el otro ¡Dios, no lo soporto más!, no sé cómo le hare para tolerar a ese par de gillipollas pero voy a intentar ignorarlo. Sí, tan solo eso...mañana será un día lindo y no va a ver nadie que lo arruine.

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⏰ Última actualización: May 31, 2015 ⏰

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