Ma petite princesse

Infancia- Lyla

Mi nombre es Lyla Rose Lupin, nací el 21 de marzo de 1962, dos años después que mi hermano mayor Remus, desde el momento en que nací sentí la falta de atención y amor de mis padres, mi madre quedo embarazada de mi de forma accidental, ella no quería continuar el embarazo, pero mi abuelita, su madre, la convenció de que tener una niña sería bellísimo, desafortunadamente mi abue falleció una semana antes de mi nacimiento, ella era la única que estaba feliz por mi nacimiento, así que al irse el número de personas que me amaban se redujo a cero.

Cuando mi hermano mayor cumplío 5 años un hombre lobo lo mordio, papá y mamá se preocuparon tanto por él que no se dieron cuenta de que también me lastimó a mi, mamá lo notó al día siguiente cuando me bañaba y mi entrepierna sangraba, me llevaron con un doctor que dijo que aquel monstruo había abusado de mi, no entendí a qué se refería hasta varios años después, ellos siempre cuidaban a Remus por su licantropía.

Papá es un buen hombre, él me ama, siempre me lo dice antes de irnos a la cama, aveces esta molesto y me pega, pero siempre es mi culpa, yo lo hago enojar cuando no lo obedezco o lloro, pero me quiere, yo se que me quiere; no me gustan mucho los besos y caricias que me da, pero eso lo hace feliz y todo lo que yo quiero es hacerlo feliz.

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Lyall Lupin entró en silencio a la habitación de su hija, aquel hombre estaba ebrio, había estado peleándose con su esposa Hope, así que intentó ahogar su enojo con alcohol, el se acercó a su pequeña hija que dormía tranquilamente en su cama.

-Lyla- susurró el hombre despertando a la niña, ella lo miro adormilada, lo observo mientras chupa su chupón, Lyla ya tenía cinco años, pero se seguía comportando como una bebe

-Te quiero mucho princesita- dijo el hombre, la pequeña pelinegra sonrió, su padre tomó su pequeño cuerpo y la levantó un poco, empezó a besar su rostro, pronto esos besos bajarían al cuello de la pequeña, un poco más y Lyall le había quitado su pijama a Lyla, ella ahora lo miraba asustada, no entendía que estaba pasando, pero sabía que tenía miedo.

-Tranquila princesita, papi solo quiere jugar

La mente de Lyla se llena de las imágenes de Fenrir Greyback sobre ella, sus enormes manos recorriendo su cuerpo, rasguñando su piel y estrujándola, ella empieza a llorar, su padre le pone su chupón en la boca para que se quede callada, ella solo llora, cierra sus ojos y ora para que todo se acabe.

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Cuando llego el 21 de marzo de 1973, Lyla-Rose cumplió once años, pero nadie lo recordó, así que Lyla-Rose estaba sentada en el columpio del jardín, mirando la verde hierba y pensando, ¿por qué nadie lo recordó? Dentro de su casa no se escucha nada, su padre se fue al bar, Cyrus, el mejor amigo de su padre entró por la puerta trasera del jardín y se acercó a la pequeña Lyla Rose

-Feliz cumpleaños pequeña fantasmita

Cyrus le pone un millón de apodos a Lyla-Rose siempre, pero todos los apodos son siempre cariñosos y están relacionados con lo callada que ella es, al punto de hasta pasar desapercibida por los demás

-Gracias tío Cyrus, te acordaste - Ella sonrío con timidez

-¿Donde están tus amigos?

-No tengo aún

-Bueno, pues seremos sólo nosotros dos, vamos, seguro a tu padre no les importará que pasemos la tarde juntos

Él la cargo de manera gentil y se la llevo a su casa, la casa de Cyrus es mucho más grande que la casa de Lyla-Rose, tiene un montón de juegos de mesa y de juegos en el patio, Cyrus siempre ha querido formar una familia, pero el es gay, así que no es legal que él se case, pero eso no importa, porque tiene a su pequeña, Cyrus incluso le tiene una habitación a Lyla-Rose en su casa, está repleta de juguetes, de peluches, ropa, joyas y todo lo que una niña podría desear.

-Me gusta mucho venir a tu casa

-A mi me encanta que estes aquí

Ellos pasaron una tarde llena de júbilo, vieron películas, comieron pastel, dibujaron y jugaron con marionetas, por la noche Lyall no fue a buscar a Lyla-Rose, así que Cyrus la arropo en la habitación que adapto para ella.

-Descansa mi niña, ten sueños bonitos

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Lyla llevaba ya un rato sentada en un sofá de la de la sala de estar, escuchó a alguien entrar en su casa, era Cyrus, el amigo de su padre, él había crecido junto su padre y era lo más cercano a un tío que la niña tenía.

-¿Rosy?- aquel hombre pelirrojo la miro sonriendo- ¿Qué haces aquí sola?

-Escuela- la rubia señalaría su pequeño baúl y le entregaría su carta de Hogwarts al mayor

-¡Ah! Tu carta llego, que bien, ¿estás emocionada pequeña?

-Supongo

-Vamos, yo te llevaré, ya hablaré con tus padres después

Cyrus, es artista, gana bastante dinero por sus pinturas, él y Lyall se habían criado juntos, por eso procuraba mucho a su familia, pero sobre todo a la pequeña, le daba mucha pena verla siempre tan sola y callada, él no estaba enterado de que su madre jamas la visita y de todo lo que Lyall le hacía, pero si sabía que Lyall era un ebrio y que Hope no le tenia gran afecto a la niña.

-¿Tienes todos tus útiles?

-Si, me dieron los libros viejos de Remus

-¿Y el uniforme?

-Papá me consiguió uno de segunda mano por un par de sickles

-¿Te han dado dinero para la escuela?

-Papá me dio... dos galeones, 10 sickles y 5 knuts- respondería ella contando las monedas en su bolsita

-Toma, con eso no te va a alcanzar para nada- Cyrus le entrego una bolsa rosa con dinero dentro

-¿Pero cuánto es? Yo no puedo aceptar tanto dinero

-No sé cuánto es, es el pago de uno de mis cuadros más recientes, además, es mi regalo para ti por haber entrado a Hogwarts

Al llegar al andén se despediría de ella dándole un beso en la frente

-Diviértete mi pequeña Jobberknoll, trata de hacer amigos

-No prometo nada.