Capítulo 1

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24-enero-2028

Toda la población del mundo pensó, o se quiso imaginar, que lo peor que les podría ocurrir se quedaría en el 2020. Ante los atónitos ojos de todos, el 2022 comenzó con la noticia del inicio de una guerra que enfrentó a dos países.

Alexander, de unos tiernos diecisiete años, vivió esa situación de forma lejana teniendo solo dos preocupaciones; sus estudios y pasárselo bien. El 16 de julio de 2023 su mundo, y el de todos, se transformó por completo.

Ahora, más de cuatro años después, las pocas personas que sobrevivieron a las explosiones de la ciudad de Los Ángeles se han dividido en cuatro facciones; The Bats, The Monkeys, The Wolf y los militares.

Hank, perteneciente al Ejército de los Estados Unidos, es uno de los militares que en su momento decidió quedarse y ayudar a los civiles que hubiesen sobrevivido. Junto a otros compañeros, habilitaron un Centro Penitenciario como  centro común de todas las facciones. Sus superiores le dan la peor noticia que podría recibir; por la falta de mantenimiento hay una Central Nuclear que se está sobrecalentando y corren el riesgo de que acabe explotando.

A pesar de los años que han pasado, Ryder aún no ha sido capaz de habituarse a la nueva vida que está viviendo. Solo puede dar gracias de que tiene a quienes considera su familia a su lado.

Mientras tanto, Hank toma la decisión de hablar con tres de sus compañeros; Andrew, de Unidades de Misiones Especiales; Derex, Marine y Kayrah, de las Fuerzas Aéreas. Los tres lo escuchan con atención, comenzando a sentir que todo se vuelve a repetir, aunque siendo de una forma diferente.

—En resumidas cuentas; no vamos a la mierda otra vez —contundente Kayra.

—Si no lo conseguimos detener, sí —en tensión Hank —. Moriremos todos.

—No nos pongamos aún en modo catástrofe, al menos de momento —interviene Andrew —. ¿Alguna idea para que no nos abrasemos?

—Podríamos formar un grupo con civiles voluntarios —pensativo Derex —. Debemos encontrar a ese hombre y nosotros solos contra los Rabiosos estaríamos muertos.

Es al día siguiente cuando Hank y sus tres compañeros se reúnen con los líderes de las tres facciones y con sus respectivas manos derechas. Intentando mostrarles una tranquilidad que en verdad no sienten, les comienzan a explicar la dura realidad en la que se encuentran.

—¿Se supone que nos debemos poner en peligro? —atónita Yaneli.

—Os estamos pidiendo voluntarios porque necesitamos ayuda —con calma Hank —. No estáis obligados a hacer nada que no queráis hacer.

Las facciones se retiran a sus respectivas localizaciones, quedándose solos los cuatro militares, que ninguno termina de estar satisfecho con la conversación que han tenido.

—¿Qué hacemos si nadie quiere ofrecerse como voluntario? —pregunta Derex.

—¿Les podríamos obligar? —pensativo Andrew.

Hank los observa en un silencio abrumador.

—¿Aún no te has dado cuenta de las cosas? —no recibe respuesta —.Hace más de cuatro años que todo se fue a la mierda.

—¿Qué cojones nos estás queriendo decir?

—Os estoy diciendo que hace mucho tiempo que todos nosotros dejamos de ser militares.

Unas horas más tarde Liam y Jackie hablan en privado sobre la nueva información que disponen, teniendo una idea muy clara Liam.

—Eres el líder de toda esta gente, Liam, te necesitan.

—Lo sé, pero confían en ti tanto como en mí. Quiero ser yo quien se arriesgue, Jackie.

Jackie no está de acuerdo con su amigo, sin embargo es consciente de que no va a ser capaz de hacerlo cambia de idea. Reúnen a todos los miembros de su facción, a los que ponen al corriente. Todos les escuchan con atención, comenzando a alarmarse cada vez más con cada palabra.

—¿Qué pasaría en el caso de que no hiciéramos nada? —se atreve a preguntar Alison.

—Por lo que nos explicaron los militares si no evitamos ese sobrecalentamiento la Central Nuclear explotará —explica Liam.

—O sea, que acabaremos muriendo todos a pesar de todo.

—Yo voy a ir, pero quiero que entendáis que esto va a ser algo muy peligroso y voluntario. Pensadlo bien.

Al final las únicas que se deciden a acompañarlo son Samary y Alison, la primera es probable que sin ser consciente de a dónde va a ir.

William y Helly, líder y segunda mano de The Monkeys, hacen lo mismo que de The Bats con su propia facción. Tras una extensa explicación, Helly es la primera en ofrecerse como voluntaria. A ella se unen Alexander, Lindsay y Nathan que, después de todo lo que han perdido y sufrido, no les parece una mala idea exponerse al peligro si de esa forma consiguen que sus amigos sigan viviendo.

A pesar de la desconfianza que siente Yaneli, líder de The Wolf, James, su mano derecha, consigue convencerla para que compartan la información con los miembros de su facción. Son muchos los que se empapan de la desconfianza de su líder, mientras que otros sienten demasiado miedo como para atreverse a poner en peligro su vida, aunque eso pueda significar que todos acaben muriendo.

Ryder ha escuchado con atención las explicaciones de sus líderes tomando una decisión de inmediato, no obstante no va a decir nada hasta que hable con su hermano mayor y con sus amigos.

Henry observa como su hermano pequeño comienza a maquinar alguna cosa. Es cuando termina la reunión de la facción el momento en el que Ryder se reúne con su grupo más cercano, a los que les pregunta su opinión sobre lo que han compartido con ellos Yaneli y James.

—Bueno, sin decírnoslo nos han dicho que en poco tiempo estaremos muertos.

—Sé que es eso lo que nos han insinuado, Sophia, lo que nosotros debemos decidir es si estamos dispuestos a dejar que eso pase.

—Vamos, que seamos nosotros los que nos arriesguemos.

—¿De qué nos habrá servido lo que nosotros hemos hecho y lo que hicieron en su momentos nuestros padres?

Henry no responde para evitar un posible conflicto con su hermano delante de sus amigos.

—¿Tú qué es lo que has decidido, Ryder? —le pregunta Buffy.

—No quiero que me sigáis sin más; os pido vuestra opinión.

—Yo diría que la opinión de todos es que, si no fuera por ti y por Henry, hace mucho tiempo que todos nosotros estaríamos muertos.

—Pensadlo muy bien —interviene Henry —. Ya no estamos en el barrio. No nos debéis nada, Noah.

—Llevamos años con vosotros. Somos una familia, Henry.

Ryder se siente orgulloso de su banda, de que a pesar del tiempo y de que, como bien ha dicho su hermano, ya no se encuentran en su barrio de la infancia, siguen juntos como el primer día; como una familia.

El fin...o un nuevo comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora