Prólogo

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Era una noche muy oscura y el olor a sangre rondaba por todo el lugar, podía escuchar claramente los gritos desesperados de agonía que la gente dolida emitía.

Siento como la sangre que recorre mi cuerpo se concentra en el punzante dolor de mi cuello, estoy empapado en sangre y sé que mi muerte se acerca, escucho a mi corazón latir con fuerza y siento como todos y cada uno de los huesos de mi cuerpo se rompen como si algo estuviera apretándome, mi muerte está muy cerca y lo sé.....

Todo pasó muy rápido pero a la vez muy lento, aún, a esta edad, suelo recordar lo que aquella noche pasó. Es como si pudiera revivir aquello con solo cerrar los ojos, puedo sentir claramente como mi corazón dejo de latir, como los huesos rotos de mi cuerpo comenzaron a componerse, como un toque de adrenalina se movía por todas las partes de mi cuerpo, recuerdo esa molestia en mi garganta, aquella sed quemaba.

Jamás, en mi vida de adolescente, me imagine que la sangre podría gustarme tanto, que aquel elemento vital para los humanos podría saciar aquella sed que parecía quemar mi garganta. Ahora tengo 200 años y mi vida no ha sido fácil. Aquella noche....mi vida termino, pero mi vida como ser oscuro comenzó. He tratado de luchar con la sed y el antojo de sangre, pero es inútil.

Mi nombre es Benjamín Constantine y como había dicho antes, tengo 200 años, pero parezco de 20. Ser vampiro me ha dado muchos beneficios, soy muy rápido y cualquiera que me viera podría decir que tengo un cuerpo de dios, mi piel es blanca y mis ojos son color verde como la hierba.

Adentrarme en el mundo oscuro no fue nada fácil, enterarme de cosas que, aún me sorprenden, ha sido tan temeroso.

Vampiros, ángeles, demonios, hadas, hombres lobo, hechiceros, magia negra, magia blanca, todo aquello parecía fantasía, pero no es así.

200 años de pecados. 200 años de vivir, como si a esto pudiera llamarle vida, a costa de la sangre de otras personas. 200 años de sufrimiento. 200 años de soledad.

Enamorarme para mí no es una opción, los vampiros no tenemos corazón, o eso creía. Espero y, algún día, la persona que estoy esperando venga a mí, aquella persona que me hará ver la vida con otros ojos, aquella persona que me hará desear estar con ella a cada minuto del día, aquella persona que me hará olvidar mis pecados, aquella persona que me amará con todo y mis defectos.

Y todo eso cambió en el momento en el que lo conocí a él, todo en mi cambio por completo, él era un ángel, literalmente un ángel ¿Quieres que te cuente nuestra historia?

DULCE TENTACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora