Conociendo la monarquia

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Ciudad de Prelemor

Moviéndose atraves de las calles la delegación finalmente está por cumplir uno de los principales objetivos desde la transferencia y era el comenzar relaciones políticas con los nativos del nuevo mundo. Conforme la delegación avanzaba se la vista de lo que la ciudad ofrecía ciertamente fue intrigante para los mexicanos

-Esto es intrigante

-Sin duda, me imagino que así debía ser en la antigüedad

-Diferentes tiendas diferentes productos

-Es como abrir una ventana al principio de la civilización

-Bueno ya basta concéntrense señores

-Si señor

-¿Qué es eso?

Tal comentario haría que los presentes miraran dentro de una habitación donde una mujer parecía dar clases a los niños pero de un momento a otro y sin aviso alguno de las manos de esta se empezaría a manifestar una extraña energía

-¡¿Qué rayos es eso?!

- Veo que encontraron a los novicios

-¿Novicios?

-Ya sabe, aprendices de magia

-¡¿Aprendices de magia?!

-Por supuesto, los niños que muestran aptitudes mágicas desde muy temprano se les enseña el manejo de esta como en gran parte de las naciones

-Enserio

-Por supuesto esto se realiza en toda nuestra nación así como en el resto del mundo, me imagino que no es diferente en su nación no es así

-.....

-¿O sí?

-Quiere que le sea franco

-Por supuesto

-La verdad es que en mi nación no existe la magia 

-¡¡¡QUE!!!

-Tal y como lo acaba de escuchar

-!!Pe... Pe... Pero eso es imposible!! – hablaría un asombrado almirante – como explica todo lo que nos han mostrado, sus navíos, sus extrañas armaduras o ese extraño carruaje de metal

-Eso señor es el resultado de nuestros avances por medio de la ciencia

-¿Ciencia?

-SI aunque de momento es mejor continuar no debemos de hacer esperar a los reyes

-Supongo que tiene razón continuemos

Con lo cual tras las revelaciones dadas la delegación continúo su viaje hacia el palacio. Tras unos 10 minutos más de viaje finalmente llegarían a la entrada del palacio donde finalmente conocerían a los monarcas del continente

-Bueno señor embajador aquí estamos, pero por cuestiones de seguridad no podemos permitir que entren armados al palacio

Justo cuando los soldados iban a protestar fue el mismo embajador que se adelanto

-Está bien – sorprendiendo a su escolta – este es su país y son sus reglas, las respetaremos, pero almenos permitiría que dos de miembros de mi escolta me acompañaran y no se preocupe estarán desarmados

-Bueno, si están desarmados supongo que estará bien, el resto esperara aquí

-Muchas gracias, bueno señores ya escucharon

-Entendido, Mackenzie y Pérez ustedes serán la escolta no permitan que nada le pase al embajador, ¡¡Entendido!!

-¡¡SEÑOR SI SEÑOR!!

Un nuevo orden mundialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora