un partido de fútbol, una camiseta y dos personas

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Elitecraft era un servidor favorable y lleno de residentes amistosos, (si descontamos las guerras y las pranks que se avecinaban). Allí se encontraban dos enamorados. Rich era el designado "administrador". No tenía una jornada estable y constantemente estaba atareado debido a su falta de sueño y el papeleo, que aparentemente yacía intacto sobre un pedestal de vidrio; junto a cientos de libros, en su oficina.

Por otro lado, estaba Farfadox, quien era un caballero; su armadura era la prueba ilustrativa de la netherita. En su yelmo, situado justo en el centro, se encontraba una gema de color naranja rojizo, que contenía un brillo inigualable.

Los dos enamorados no habían tenido tiempo para un encuentro, y de igual forma, cada quien estaba en sus asuntos. En cuanto a Farfa, que era fanático del fútbol, y que a día de hoy se acercaba un partido de Argentina, se emocionó. Farfadox, siendo un hincha acérrimo y ávido, tomó la camiseta de su país y se fue hacia su sala, se la puso en el camino y, encendió la tele en el proceso. Cambió de canal hasta que se encontró en la trasmisión del partido.

Entró a su cocina, preparó algunos aperitivos en el proceso y esperó hasta que pudo oír el timbre de la puerta a lo lejos, detuvo lo que estaba haciendo y caminó hacia la puerta. Cuando la abrió, Rich lo saludo y lo abrazo con la encantadora sonrisa que tenia. Farfa sonrió feliz para sí mismo y lo besó en la mejilla derecha. Lo invito a pasar y este sonrió divertido al entrar al lugar. Al pasar, Rich notó que la televisión estaba encendida; que estaba llena de anuncios y publicidad sin sentido. Rich giro hacia la sala y se dispuso a sentarse, mientras Farfa lo observaba desde lejos; que al cabo de unos minutos regreso a la cocina y preparo el resto.

Cuando todo estuvo listo, fue hacia el pasillo, desviándose del camino a por unas sabanas. Al terminar el deber, atrajo todo hacia él y volvió hasta su destino, viendo a Rich recostado sobre el sofá mullido con almohadas por todas partes. Corrió hacia él y se acostó a su lado, dejando las sabanas por doquier.

-Che, boludo, ¿no andabas ocupado? -musito el argentino con indiferencia.

El español lo miró. No estaba seguro de lo que significaba. Fue entonces cuando lo atrajo más a él y comenzó a besarlo suavemente mientras le dedicaba susurros inaudibles. Y eso rompió a Farfa. Amaba la forma en la que Rich lo besaba, la forma en la que lo sostenía de la cintura. Le encantaba la forma en la que lo hacía todo por él.

Cada vez el beso se tornaba lujurioso, enviando pequeños estímulos al cuerpo del argentino, quien solo podía gemir en voz baja en la boca del otro. Cuando los dos dejaron de besarse, decidieron mirarse a los ojos; que demostraban cariño. Demostraban amor entre el otro, dejando sus preocupaciones de lado. Después de todo, hicieron tiempo el uno para el otro.

-He decidido verte, Farfa. ¿No te parece un poco dulce? -dijo el administrador, tomando la cintura del argentino en sus brazos, mientras le depositaba pequeños chupetones en el cuello. Tomó al menor y lo poso en su regazo, sentándolo a horcadas sobre él.

Farfa decidió levantarse un poco, y al mismo tiempo se quito su chándal en el proceso. Decidió dejarse su camiseta alrededor de sus caderas porque esta le quedaba demasiado holgada, lo que lo hacía lucir lindo para el español, que simplemente disfrutaba la vista. Rich llevó su otra mano a la mejilla de Farfa. Lo atrajo de nuevo y lo besó, disfrutando de los suspiros placenteros que hacía su pareja.

Dirigió sus manos hacia el trasero del otro, quien comenzó a hacer sutiles movimientos en su regazo, contrayendo su polla y haciendo que algo en su pantalón palpitara. Y a Rich le encanto. Llevó su diestra hacia su pantalón y empezó a desabrochar su cinturón. Se elevo un poco al igual que hacia con Farfa, que había envuelto sus piernas alrededor de la cintura del otro, y este último comenzó a besar su cuello, cada vez hasta su lóbulo. Rich dejó escapar un suspiró complacido y se sentó en el sofá. Levantó la mano derecha y palmeó el trasero del argentino, quien respondió con un gemido. Farfa no podía dejar de sonrojarse.

Bajo su pantalón al igual que su ropa interior. Beso al farfano y llevo uno de sus dedos a la entrada del contrario. Volvió a besarlo, observándolo retorcerse de placer mientras lo estimulaba al mismo tiempo. Sus lenguas se entrelazaron, lamiendo y empujando más profundo. Luego de que el menor se acostumbrara, decidió insertar otro dedo, sacándole un gimoteo y moviendo sus dedos de forma circular. Después de unos segundos, insertó un dedo nuevo, haciendo una tijera. El otro, bañado en el placer, sonrió.

Rich repartió chupetones y besos por el cuello del farfano, él solo le devolvía el beso cuando podía, pues estaba absorto en el placer para saber que hacer. Rich sacó todos sus dedos y preparó su polla, recogiendo al farfano y embistiéndolo de una vez. Farfa, llegando en su limite, inundó la sala de gemidos y quejidos de placer. Rich, que disfrutaba la vista, empezó a embestir más rudo. El menor empezó a mover sus caderas en busca de más, gimiendo y sintiendo sus piernas temblar.

La pareja gimió al unísono, el mayor buscando más comenzó a quitarle la camisa al contrario, arrojándola en algún lugar cercano. Acercó sus labios a los pezones del menor y comenzó a succionar y jalar, haciendo que Farfa gimiera cada vez más. Rich comenzó a jugar con los pezones del chico mientras lo besaba apasionadamente.

Los dos, estando casi al limite, decidieron entrelazar una de sus manos de una forma cariñosa. Farfa, al borde del clímax, se corrió, manchando el pecho de ambos, mientras que Rich, estrecho por la cavidad de su pareja se corrió unos segundos después, dejando una ultima estocada. Abrazando al otro al terminar.

Sus labios se encontraron y se despidieron con un último beso mientras se miraban a la cara. Farfa, todavía dolorido, apoyó la cabeza en la nuca de su compañero, oliendo parcialmente el sudor de su propio cuerpo y el de su pareja.

-Te amo, Rich -dijo el argentino, aquietando su respiración.

-Yo también te amo, Farfa.

Y ambos miraron por ultima vez la televisión, viendo el silenciador activado y la clara victoria de Argentina. Y los dos sonrieron y se miraron a los ojos, besándose suavemente para después bañarse

𝗼𝗻𝗲 𝘀𝗵𝗼𝘁𝘀 ✶ farfarichDonde viven las historias. Descúbrelo ahora