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La antigua mansión Min era considerada la casa más grande en Turquía, las paredes y las pinturas habían permanecido intactas en todos esos años; en cada pasillo podías oír los susurros de grandes decisiones que guiarían el continente a su antojo, planes de armas que harían temblar a organizaciones internacionales y el retumbe de las batallas en sangre fresca que sen han librado ahí.


Yoongi recuerda todo eso, menos la calidez que un hogar tendría que darle. En sus memorias difusas de felicidad limitada recordaba el olor de los tulipanes, flores que se encontraban en un área exclusiva de la mansión y la que solía visitar de la mano de su padre.


Recuerda un día claramente, cómo la translucidez de un manantial o un río. Después de haberse desmayado por segunda vez consecutiva en el entrenamiento diario llevado en la nieve y perder la fuerza en sus piernas por el frío, su padre lo había llevado a lo que Yoongi en sus pensamientos había llamado "el santuario gris" algo que le pareció divertido por que esa era la única área con más color en toda la casa.


—Yoongi, ¿sabes quienes son?—preguntó su padre señalando las pinturas que seguía una tras otra en hilera. Todos eran retratos a mano, rodeados de las bellas flores típicas de su país con el escurrimiento de una que otra rosa o girasol.

—Son los mates de las cabezas que han estado en nuestra familia—contestó seco. Su padre rió ante su seriedad, una actitud muy poco propia para un niño de seis años.

—¿Sabes por que están aquí?—vuelve a cuestionar su padre mientras alza una ceja—¿Él por que se les retrata?


Yoongi tararea su respuesta pero al final niega, su madre le había dicho que ese tipo de conocimientos de la familia no le nutrirían a su formación como líder, así que no había razón para entenderlo.


Su baba lo guía al retrato más viejo y antiguo, el primero que encabezaba el comienzo de la fila. Era la pintura de Eylem Min, la pareja de Anek Min, el patriarca de toda su familia e imperio.


—Anek Min siempre fue reconocido por ser un alfa recto y de figura poderosa. Ninguna persona se atrevía a decirle no a cualquiera de sus palabras, mucho menos sus órdenes, grandes figuras políticas querían formar cualquier tipo de relación con él y ningún omega se negaba a su encanto nato —relató su padre con voz paciente. Yoongi se encontraba aburrido y no entendía por que estaba diciéndole todo eso—. Excepto Eylem, un omega de raíces fuertes y retadoras, no solo fue la primera persona que captó el interés de Anek sino que también fue el primer omega en no doblegarse ante él. Algo que por supuesto solo avivó más su interés y lo impulsó a insistir más en que se volviera su pareja, ¿sabes que fue lo que hizo que Eylem aceptara?

—No —dice Yoongi sincero.

—Eylem le dijo que debía reconocerlo como su igual, que más allá de su belleza debía amarlo por su esencia — Kadir pasa la mano por la pintura y Yoongi se percata que a pesar de lo viejo que se veía el tapiz y la presión fuerte de su padre, la pintura no se arruinó ni un poco—. Una petición así de un omega en esos tiempos sería condenada a muerte; sin embargo, Anek no hizo otra cosa más que cumplir sus peticiones y más. Quería demostrarle su adoración a Eylem y mandó al mejor artista de Europa a pintar por primera vez en la historia de nuestro país a un omega en un retrato.


—¿Eso no era condenado a muerte también?—Yoongi pregunta mientras alza su cabeza hacia su padre.

MAFIA ROJA - YOONSEOK  (ADAPTACION)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora