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Las manos del castaño pasaban por su cuerpo con toda confianza, mientras esté trataba de sacarle las prendas, el pelinegro estaba en un estado shock que no le permitia reaccionar de manera negativa ante el tacto del mayor.
Los besos no paraban, Luzu bajo los besos hacia su cuello, causándole sensaciones confunsas y ¿Alegres? ¿Por qué siente que el castaño ya había tocado su cuerpo? Lo hace con tanta experiencia, como si supiera sus puntos débiles. Ahora no paraba de besar y saborear su cuello, a decir verdad, Quackity tenía algo de miedo de que aquel chico lo muerda de nuevo, no le gustaba ver sangre, ademas del dolor proveniente de eso, que era casi insoportable.
Poco a poco el castaño, empezó a quitarle la ropa de abajo de también, el pantalón y boxer de aquel pelinegro cayeron al suelo, se sentia expuesto y avergonzado de estar así frente a un tipo que ni conocia.. ¿o tal vez si lo conocía? Todo era tan confundo ahora.
De pronto sus nervios se elevaron al mil, al sentir los dedos del mayor en su entrada, Quackity no pudo aguantar y empezó a gemir y a jadear esa sensacion era nueva y tal vez.. le gustaba.
De pronto, sintió como uno de los dedos entraba dentro de el, haciendo que esté soltara más que un gemido, un grito de dolor, y claro, era doloroso, pero aquel empezó a disminuir al pasar los segundos y con caricias y besos del castaño lo hacía mas rápido.
Nuevamente, sintió otro dedo metiéndose, mordió su labio inferior tratando que parar sus gritos y gemidos, hasta que sintió otro, y estaba vez si gritó, cayendo lágrimas de sus ojos llorosos de dolor combinados con placer.
El castaño empezó a dar embestidas con sus dedos aún dentro de la entrada del menor, causando gemido que iban en aumento cada vez más.
— P-para.. Agh! — El pelinegro no podía pronunciar palabras, el castaño empezó aumentar el movimiento con sus dedos en su entrada, hasta que los saco lentamente.
Quackity pensó que ya había acabado, hasta que sintió como el castaño le tiraba nuevamente a la cama, agarrando uno de sus piernas poniéndolo en su hombro, así haciendo que tenga mejor vista a su entrada, el pelinegro sentía que se iba a desvanecer en cualquier momento, hasta que sintió como el miembro del mas alto entraba lentamente por su entrada, ocasionando le un gemido alto arqueando su espalda y agarrando las sábanas fuertemente, cerrando los ojos aún con lágrimas, brotando nuevamente que cayeran.
Cuando ya todo el miembro del mayor estuvo dentro de el, empezó a tratar de recuperar el aire, pero empezó a tranquilizarse al sentir como el castaño le limpiaba las lágrimas y dejando tiernos besos en sus mejillas, haciendolo sonrojar, empezó a tranquilizarse y a acostumbrarse al dolor proveniente de su entrada.
— N-no.. te.. muevas.. — Por lo menos ahora podía hablar mejor. — Esto duele.. demasiado..
— ¿Quieres que me detenga? — Hubiera podido decir "si" o simplemente negar con la cabeza, pero no sabe el porque de su boca salió un "no, sigue, porfavor"
