Día 11: "El hijo del Patriarca."

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Ship: Saga x Shaka

Temática: Haciendo algo que jamás pensó que haría.
Universo de Saint Seiya.// Omegaverse.// Cambios en el canon.// Futuro Alterno.// What if...?

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- ¿Todo listo, Patriarca?

Al escuchar a su hermano, sonrió suavemente, dejando de lado los papeles que revisaba, alzando y dirigiendo su vista al recién llegado.

- Casi termino todo por hoy.- Respondió.- ¿Y tú?, ¿qué tal la misión diplomática con Poseidón?

- Cosas de dioses, ya sabes.- Dijo Kanon.- Al menos cedió a mantenerse a raya durante unos años más, eso ya es un gran avance.- Añadió.- Por cierto, tu pequeño príncipe y el Omega rey de tu corazón te mandan esto.

Kanon le entregó un papel, y al leer rápidamente, se dió cuenta del pequeño mensaje escrito: "Termina y ven a casa pronto."

- ¿Quién lo diría?, el gran Patriarca totalmente dominado por un par de Omegas.- Rió Kanon, recargado en su hombro, leyendo el mensaje.

- ¿Quién lo diría?, el gran Kanon de Géminis completamente enamorado y dominado por el asistente Omega de la reencarnación de Poseidón.- Contraatacó, sacando aquel tema.

Ambos se rieron por unos segundos, antes de que Kanon se separase.

- Para empezar, no tengo nada que ver con ese Omega, no es mi tipo. Así que tu pequeño tirano aún no tendrá primos ni otro tío además de mí.- Alegó Kanon, pero sabía que su gemelo no le creía en absoluto.- En fin, mejor apresúrate. Antes de que ese par venga hasta aquí por tí.

- Claro.- Sonrió el gemelo mayor.- Por cierto, ¿sabes cómo está Milo?, Aioria aún no vuelve de su misión, y Athena me pidió que estuviera al pendiente de él, mientras ellos volvían.

- Todo en orden. No te preocupes por él, es un Omega fuerte, un pequeño mounstrito no cambiará eso... A menos que salga al padre, en ese caso, está frito.- Rió bajo.- Pero está tranquilo. Según Mu y Afrodita, aún no presenta señales de ir a parir todavía, así que con algo de suerte, el orgulloso padre logrará llegar a tiempo para ver a su primogénito nacer.

- Hablando de Aioria, ¿cómo han estado él y Mu?. Estas fechas son algo difíciles para ellos... Para todos, más bien.

Hace algunos años, justo por esas fechas, Aioros, quien fuese su amigo más cercano y uno de los santos más valientes, perdió la vida al proteger a Athena, cuando la diosa Ker intentó atacar a su diosa cuando era tan solo un bebé. Aioros logró destruir el cuerpo de la diosa de la muerte violenta, sellando nuevamente su alma con ayuda del anterior Patriarca, pero lo hicieron a costa de sus propias vidas.

- Los dos son fuertes, poco a poco han aprendido a lidiar con la muerte de Aioros y del maestro Shion.- Suspiró Kanon. Tantos años, y ese evento aún pesaba para todos.- No te preocupes, están bien. ¿Algo más, jefe?- Finalizó, intentando bromear para pasar el trago amargo.

- No, ve a descansar.- Suspiró, intentando sonreír.

Kanon hizo una leve reverencia, y procedió a retirarse, dejando a su gemelo terminar sus deberes.

Saga se quedó en la habitación unos minutos más, terminando todo ese papeleo. Volverse el Patriarca no había sido nada sencillo para él, e incluso ahora, tenía muchas dudas de si acaso estaba haciendo las cosas bien.

Athena, Saori, ya era toda una señorita. Tenía apenas 16 años, y había logrado sobrellevar bastante bien su rol de diosa. Aún recordaba cuando su diosa llegó al Santuario, él fue de los primeros en recibirla, al lado de su fiel amigo, Aioros, y el anterior Patriarca, su maestro y quién fuese prácticamente un padre para todos ellos, Shion. También recordaba aún como ella misma se encargó de reclutar a sus santos de bronce más cercanos, cómo él y todos los demás dorados contribuyeron en sus entrenamientos, incluso como él le entregó la armadura a Seiya...

The Purest LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora