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Luego de todo lo que paso en el estadio chunnin la chica del sharingan había desaparecido ya por un tiempo.
Ni los ninja de rastreo lograron localizarla e Ino no encontró su chackra por toda la Aldea.

Pero el rumor de que ella se enfrento al equipo 7 y al Hokage ya se supo en todos lados.

Y volvió a declararse que ella no era alguien de fiar de nuevo.

Pero el único que mantenía la esperanza de volverla a ver no era nadie más que Boruto Uzumaki. Él sabía la verdad, y era que Shina jamás lastimaria alguien a propósito, ella era alguien sensible, pero amable, fuerte, pero no peligrosa.

Ella solo se asusto. Y ahora huyo.

Boruto miro sus pies mientras estaba sentado en una banca en la calle, pensaba en donde podría estar la chica. Su padre ya le había dicho que no se encontraba en la guarida de Orochimaru ni otro lugar cerca.

La última opción era que cruzo la frontera hacia otra Aldea.

–¿Boruto?.

El rubio levantó la cabeza encontrando a Sarada.

–Hola.

–¿Que haces aquí?.

–Solo pienso. ¿Tu crees que Shina huyo a otra Aldea?.

–No lose. Mitsuki dice que ella estará bien donde esté, sabe cuidarse. Solo démosle algo de tiempo.

–Ya paso mucho tiempo. ¿Y si de verdad ya no vuelve?. Ella me dijo que quiere ser hokage, debe volver para cumplir su sueño.

–Boruto.– la chica se sentó a su lado –Creo que ya debes entender que ella podría no volver jamás. ¿Olvidas lo que pasó?. Pudimos morir ese día.

–¡Pero no paso!. Estamos bien, ella jamás nos haría eso.

–¿Como lo sabes?.

–Yo...

–Dime como. ¿Como sabes que ella no es capaz de matarnos?.

–Yo solo...

–¿Como?.

–¡No se!– Boruto sujeto su cabeza y suspiro –No se. Solo quiero que vuelva.

–Yo también.– admitió Sarada –Era algo tonta, pero graciosa.

–Estaba pensando...

La pelinegra miro a su amigo.

–¿Y si la buscamos nosotros mismos?.

De pronto recibió un golpe en la cabeza por parte de Sarada.

–¡Ey!. ¿Y eso?.

–Extraño a Shina, pero no saldremos de nuevo a buscar otro amigo que decidió irse. ¿Recuerda.. lo de Mitsuki?. Nuestro castigo podría ser peor del que recibimos antes.

–¡Pero esta allí sola!. No puedo dejarla allí afuera donde cualquiera puede lastimarla, es muy inocente para verlo.

–Shina puede cuidarse sola, ya vimos lo fuerte que es.

Boruto miro atrás de Sarada, pudo ver una cabellera blanca desaparecer entre la gente, sin pensarlo mucho corrió para seguirla.

–¡Boruto!. Maldición.

(...)

El rubio se detuvo para recuperar el aliento, la había perdido de vista, estaba seguro que vio su cabello entre la gente un segundo.

No mentía.

–¡Shina!. ¡Shina, vuelve!.– empezó a gritar.

Estaba solo en el parque Senju donde siguió el rastro de la chica por última vez.

¿Otra Uchiha?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora