Diente de León

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Estos sueños no volaron por si solos.

No salió de mí el gélido viento que hizo perder las esperanzas en el horizonte.

Cuando me di cuenta de que no controlamos los flujos naturales simplemente con esforzarnos

Ya estaba tumbado sobre las rocas, bajo las estrellas.

Me pregunto por qué.

Si fui yo quien te recogió del matorral

Yo te observe desde lejos y tome la iniciativa de rescatar lo que se estaba desvaneciendo en aquella profunda oscuridad.

El miedo te invadió, se puso entre los dos como las nubes que separan los rayos de sol de mi piel.

El miedo quito el valor y las ganas, nos cortó en dos como una tijera y abrió el camino como Moisés... Dos caminos diferentes.

Por mucho que sople y sople, ya era tarde. El viento se había llevado nuestros sueños, no volaron por si solos, mucho menos frente a nuestros ojos, si parecía que la primera y última vez que nos vimos fue en el mismo punto, aquel cañón en el cual nos encontrábamos estancados.

Aquí seguimos, estancados y distantes, con los pétalos del diente de león perdidos por los aires 

Poemario: AnochecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora