un vestido y un amor; scaimar

💐

✨

Te ví una tarde, te ví con esas margaritas guardadas en el bolsillo de tu delantal y no supe si eras un ángel o un humano.

Te ví con esos labios carnosos y rojizos como un rubí, los rulos cayendo en tu frente justo sobre las largas pestañas que rodeaban esos ojos de bambi, aquellos que sentía que me hechizaron. Te ví sonreír y dedicarme una mirada que me hizo caer como lisiado de sus muletas ante tus ojos y tu boca, tan solo el dulce sonido de tu voz bastó para que el sol brille y los astros rían otra vez.

Yo no buscaba a nadie y te ví, fumando unos chinos afuera de esa cafetería en la que te conocí, no hacías otra cosa que escribir.
Me contaste sobre tus sueños con destino en Madrid porque no te hace gracia este país y supe que no había ningún lugar al que no te acompañaría.

Todo lo que diga está de más, empecé a sentirte cada vez más dentro de mí, como una fiebre que no me iba a dejar hasta consumir mi corazón por completo y se sentía tan bien.

Te ví juntando margaritas del mantel, resaltando cuál ser de luz entre la gente ordinaria en ese café.

No buscaba a nadie y te ví tras ese mostrador cuando te pedí nuestra primera cita y un bello sonrojo decoró tu cara de sorpresa.
Esperé bajo la fría noche porteña que termines tu turno con un ramo de margaritas en la mano que te dí cuando saliste, si así brillaran tus ojos cada vez que las veas, yo mismo me encargaría de plantarlas por toda la cuidad.

Con cada salida y cada café preparado por tus delicadas manos, ese calor en mi pecho se expandía.

Inevitablemente comencé a mirar más allá de tu piel y sus constelaciones de lunares, a respirar tu aroma que cautivó mis sentidos más sensibles y a acariciar de improviso cada fibra de tu ser.

Todo lo que diga está demás así que callé mi sentir, me fui sintiendo mal conmigo mismo y con mis dudas hasta que no lo soporté.
No soporté no tenerte y cuando lo hablé con vos ¿Cuál fue tu respuesta? Un beso que me erizó la piel.

Esos besos que te ayudan a vivir.

Ante mis dudas y miedos me besabas, como una suave caricia inocente que me regalabas, un poco de aire a mi persona que se ahogaba y tú luz iluminaba mi alma cada vez que me perdía en esta gran ciudad.

Estaba completamente loco por vos y al parecer vos muy cuerdo tampoco estabas.

Porque ahora estamos juntos fumando unos chinos en Madrid, las margaritas pintan nuestro jardín y yo sé que vos sos esa cosa que me ayuda a vivir.

Te ví.

Aquella mágica tarde que te ví.

Yo no buscaba a nadie y te ví.

✨