Capitulo 2

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La vida no es justa...

¿Verdad?

¿Por qué si lo fuera...?

Ellos podrían haber estado junto a el...

¿¡Verdad!?

“Ah! Obanai

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“Ah! Obanai... Me asustaste...” Dijo el omega, mirando a su prometido entrar a la cocina, dónde el hace poco estaba siendo consumido por sus malos pensamientos.

“Perdona, pero parecías centrado en tus pensamientos” Se disculpó, analizando con la mirada a quien sería su acompañante para todo lo que le quedaba de vida.

“Solo estaba, planeando la cena” Contesto nervioso, antes de centrar su vista en la serpiente albina que ahora estaba escalando por su brazo hasta su cuello. “Tambien te extrañé a ti Kabaramaru Acarició la cabecita del reptil con una sonrisa.

“...” Por otro lado, el pilar estaba mirando fijamente a su compañero de misiones, que se había robado la atención de su omega y además estaba siendo mimado por el mismo.

“Por cierto... ¿A dónde fuiste?” Pregunto moviendo ligeramente su cabeza demostrando su curiosidad. “Oh... Eso..” Dejando de lado sus celos, recordó el motivo de su salida.

“Tanjiro, yo quiero que conozcas a alguien... Muy importante para mí...”

“Es un gusto, poder conocerte Tanjiro” Saludo aquel hombre de aura tranquila, e inmediatamente el pelirrojo supo que era un omega y la mujer a su lado la alfa de él

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“Es un gusto, poder conocerte Tanjiro” Saludo aquel hombre de aura tranquila, e inmediatamente el pelirrojo supo que era un omega y la mujer a su lado la alfa de él. “Obanai ya me a hablado de ti y de sus planes a futuro” Inicio nuevamente sintiendo los nervios de la pareja frente a el, sonriendo tranquilo ante eso mientras tomaba la mano de su alfa para que esta se relajara y dejara de mirar con tanta insistencia a la pareja.

Por otro lado Tanjiro estaba nervioso, pero no por las razones que se creían, el motivo era otro que incluso podría hacerlo llorar y es que al estar en presencia de ese omega, no pudo evitar compararlo con su amado padre. La similitud en la presencia era casi exacta, lo único diferente era el olor y la apariencia.

Un Sol Para Obanai. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora