- One Shots de Viktor Volkov, personaje de Momonkun de Spainrp, actualmente está en InfamesRP.
Estos escritos son HC's míos, se basan en el canon (no todos), y trato los sentimientos de Volkov frente algunas situaciones.
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[[ Me he inspirado en esta pintura y el hecho que (casualmente) existe un artista ruso con el nombre del padre de Viktor Volkov. ]]
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Un pequeño niño se encontraba observando los alrededores del lugar, un sitio con algunas casas que estaban en mal estado.
Posiblemente abandonadas. Curioso, el pequeño rubio se acercó a las plantas que estaban cerca. Eran más que todo ramas sin hojas, percibía tristeza en ellas porque no florecía nada colorido que pudiera dar esa pizca de alegría necesaria en aquel lugar.
Un hombre a lo lejos veía al niño tocar las frías ramas. Serio y con el ceño fruncido, como suele ser frente a su propio hijo, pero por dentro guardaba ese cariño, ese amor que le costaba expresar adecuadamente.
Una imagen quedó impregnada en su mente. Otra de hecho.
Pero fue interrumpida su tranquilidad, su imaginación por ese niño, su hijo, Viktor.
— папа, ты видел, как выглядят эти ветки? —(papá, ¿viste lo que parecen esas ramas?) preguntó con ilusión—
— что? —(¿qué?) respondió, y continuó bebiendo de la cantimplora—
— они похожи на одуванчики, папа! —(parecen dientes de león, papá!) dijo sonriente y volteandose para ver nuevamente las ramas—
— Хм... Очень хорошо, Витя —(Mmm... Muy bien, vitya) responde con algo de “desinterés”— Давай пойдем домой —(Vámonos a casa) ordenó—
Viktor bajó la cabeza triste, y caminó hacía donde se dirigía el camino a su hogar.
Mientras que su padre, Igor, iba detrás mirándole arrepentido de causar tal malestar.
Al llegar a casa, Viktor se fue a su habitación, tomó su libreta y comenzó a escribir lo que se le ocurría en ese momento, sus sentimientos por ejemplo, apenas entendibles tanto por su molestía y desespero en plasmar sus emociones como aún tener errores en la escritura.
Por otro lado, Igor se adentró en el sótano. El cual su familia tenía prohibido entrar allí.
Así que tranquilamente se quitó su ropa de invierno, acostumbrándose al calor del ambiente, bebió otra vez de la cantimplora y la dejo a un lado de un asiento en el que se instaló.
Dio un respiro con ojos cerrados, disfrutando del olor a licor.
Ya con estas primeras acciones se dispuso a acercar el caballete, preparar el lienzo en este y agarro sus acuarelas, las cuales ya estaban acabandose.
Con la imagen impregnada en su mente comenzó con los trazos de forma delicada, así estuvo por un rato.
A veces tardaba unos 20 minutos y otras unos 40 minutos. Pero estaba vez estaba tan inspirado que lo logró en menos.
Sonríe. Su obra de arte ya esta lista.
Su pequeño Viktor siendo curioso, las casas alrededor y aquellas ramas con parecidos a los dientes de león.
Se sentía, realizado, contento con lo hecho por sus manos, aliviado de poder hacer esto sin que le mirasen.
Pero aún sentía esa culpabilidad. Y como es impropio de el tener detalles cariñosos, salió de casa a buscar algo que haría sonreír a su hijo.
Al conseguirlo volvió, subió las escaleras y tocó la puerta. Esta no fue abierta hasta el tercer llamado más insistente.
La puerta se abrió, mostrando un serio niño de ojos grisáceos.
— скажи мне папа —(dime, papá) lo miró—
Igor se agachó a la altura de su hijo, pero mantenía algo escondido en su espalda, haciendo que el pequeño sintiera un poco de curiosidad.
Sonríe por el gesto ya que le ha hecho gracia. Y por fin le muestra lo que tiene en sus manos.
Tres dientes de león.
Viktor sonríe de oreja a oreja y los agarra. Sopla uno y ocurre lo esperado, alegre sopla el segundo y salta en su lugar. El último se lo ofrece a su padre, quien le echa una mirada dando a entender que lo haran juntos.
Y así lo hicieron... Así fue...
— ¿Todo bien, hermano? —pregunta Petrov—
— Dah, sólo he recordado algo —observa la pintura encontrada unos minutos atrás—
— ¿Algo importante?
— No... —niega disipando el pasado como siempre— ¿Crees que se parecen a los dientes de león? —muestra el lienzo con sonrisa nostálgica—
