CAPÍTULO 02

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Entro al salón, nadie se percata de mi presencia. Bueno, nadie excepto Abby.

La morena sacude su mano, saludándome con una sonrisa como si hace años no nos viéramos. Reí por lo bajo, ella podía ser tierna a veces.

Decidida cruce mi mochila sobre mi hombro, y camine hacía ella.

Estaba apunto de sentarme a su lado, cuando alguien me empujo fuertemente, provocando que mi cadera chocase contra la banca y llamara la atención de muchos. Di un chillido al sentir el dolor del golpe, y enfadada me di la media vuelta. Mi furia aumento al ver al causante de todo esto.

—¡Wow Julianne! — se burla Monica, con mucha diversión —, deberías de fijarte por donde vas. No puedes ir moviendo tu plano trasero como si fueses la única tabla en este mundo.

Apenas termino su oración, y empezó a carcajearse en compañía de sus amigas.

—Vaya Monica, veo que los laxantes que te tomas para no subir de peso empiezan a nublarte la vista — me defiendo, con una sonrisa sarcástica.

La castaña borra la sonrisa de sus labios y me toma de la camisa del uniforme agresivamente, tirando de mi hacia ella, para enseguida decir;

—Mira, idiota — susurra entre dientes —. No te metas conmigo, porque no te conviene, pedazo de estorbo.

Habla tan cerca de mi, que distingo las ojeras debajo de esas mil capas de maquillaje sobre su piel. La maestra Laura entra al salón justo en ese momento, y entonces Monica me suelta al instante, dirigiéndose hacia la mayor con la cabeza en alto y una inocente sonrisa como si no hubiera estado apunto de matarme.

—Buenos días señorita Laura, qué hermosa se ve hoy — sonríe frente al escritorio de la maestra —. ¿Quiere que le ayude a encender el proyector?

La maestra asiente y Monica procede a hacerlo. Entonces yo arreglo mi camisa, mirándola con resentimiento, y finalmente me siento al lado de Abby.

Monica no es la típica matona, no es la típica chica mala, ni es la típica chica cuya maldad se distingue con solo mirarla, no. Monica es una chica guapa, con rostro inocente, buenas calificaciones y buena familia. De esas chicas que se porta amable y educada con los adultos, que dice la oración antes de comer, que les da a sus padres un beso en la mejilla al llegar de la escuela y antes de ir a dormir. Todos los mayores del pueblo la consideran una chica ejemplar que asiste a la iglesia los domingos por la mañana, sin embargo aquí en la escuela sabemos que Monica no es realmente así.

Monica es la chica que veras en todas las fiestas, con un vestido corto y, pegado y una coleta alta, sosteniendo un cigarrillo entre sus dedos mientras seduce a los chicos mayores con esa sonrisa inocente característica de ella, esa chica que bebe por apariencia para poder enrollarse con quien ella quiera, porque no importa a cual chico le hable, siempre caen a sus pies.

Digo, ¿quién no caería? Es atractiva, es guapa, es seductora. Tiene unos ojos color miel que inmediatamente aportan brillo a su cara, miles de pecas que abundan únicamente la zona de su nariz y un poco sus mejillas, unos labios carnosos y rosados al natural, unas pestañas tan largas que tocan sus cejas, y unas cejas tan perfectas que te hace pensar que son falsas. Su nariz es pequeña y respingada, su cara fina, su largo cabello ondulado y brilloso, una estatura baja, pero atractiva. Su cuerpo tiene una pequeña cintura y, unos pechos del tamaño perfecto.

Monica es la chica que todos quieren, porque aparenta ser un ángel inocente, cuando es en realidad el mismísimo demonio. Y eso, es lo que los atrae.

—¿Estás bien? — pregunto Abby, acomodando mi camisa, asustada.

—Estoy bien — aseguro, sacando mis libros de la mochila, enfadada.

—Yo tengo buenas noticias — susurra a mi lado, sonriente y entusiasmada. Plasmo mi atención sobre ella, esperando a que continue —. Habrá una fiesta este fin, será en casa de Logan. Tengo ya la dirección y la hora, el código de vestimenta es casual, estuve investigándolo todo,

La mire con el ceño fruncido, esto estaba yendo muy rápido para mi.

—Espera — la interrumpí —, ¿estamos invitadas?

—¿Necesitamos una invitación? — me miro pícara.

—Si no fuimos invitadas es porque no somos requeridas Abby, no vayas a donde no te quieren.

—¡Oh vamos Juls! — susurro — Es nuestra oportunidad. Además, en esas fiestas siempre asiste gente sin invitación.

Negue, decidida. Si digo algo, es difícil quitármelo de la cabeza.

—También va Matthew... — la mire — Y no lo sé, como que últimamente ha estado mirándote mucho...

Okey, creo que puedo considerarlo. Es decir, si va mi amigo, Matthew, debería de ir yo.

—Estoy castigada — me hice la difícil —. Intentaré convencer a mamá, pero no prometo nada.

—¡Esa es mi amiga! — celebro Abby.

Sonreí poniendo los ojos en blanco, se había salido con la suya. En el fondo esperaba con ansias el día de la fiesta para poder ver a Matthew, hablar un poco con él y, quizás y solo quizás, terminar besándonos como solía pasar en las películas.

...

El timbre sonó, indicando la salida. Nos levantamos todos, emocionados por ir a casa después de un día tan largo y agotador. Camine hacia la salida junto a la multitud de alumnos, buscando con detenimiento a Asher. ¿Dónde carajos se había metido ahora mi hermano? Me estaba haciendo esperar cuando lo único que yo quería era ir a casa y comer unas deliciosas empanadas con la fresca limonada que solía preparar mamá.

Finalmente pude localizarlo detrás de unos arboles. No dude en acercarme y brincar a su espalda para asustarlo, pero cancele la idea al ver que estaba discutiendo con Josie.

—¿Qué carajos Asher? — dijo la pelinegra, casi en un hilo de voz — No puedes hacerme esto, sabes que no.

Intento tomar la mano de mi hermano, sin embargo el retrocedió. Ella lloraba, desconsolada y suplicando una segunda oportunidad, pero mi hermano no. Asher se veía decidido, con una mirada vacía y fría, se podría decir que ni siquiera estaba mirándola a ella.

—No me toques — ordeno, con tanta indiferencia que hasta a mi me dolió —. No me toques y no vuelvas a buscarme, no caeré tan bajo para regresar contigo, Josie. Entiende que lo nuestro se ha terminado, tú lo terminaste.

Dio la media vuelta, quedando entonces frente a mí. Dirigió sus azules ojos a mí, y enseguida estos cobraron vida otra vez.

—Hola pequeña — susurro, despeinándome.

Sin mas, me tomo del brazo y nos alejamos rápidamente de Josie, quien clavo sus ojos en ambos. Sentí mucha tensión entre los dos durante el camino, sabía que se sentía mal, muy mal, solo que no quería decirlo.

—Asher — finalmente decidí hablar —, ¿estás bien?

Me observo unos segundos y finalmente sonrió.

—Bien de bien no, pero son cosas que pasan — dijo con tanta naturalidad, y un poco de simpatía —. Hay que aprender que las personas son pasajeras y no debemos de aferrarnos a ellas.

Su madurez me sorprendió, es el único chico que conozco con tanta inteligencia. Primer hombre que piensa con la cabeza y no con lo que tiene abajo.

—Te quiero, Asher — admití, abrazándolo, siempre habíamos tenido una buena relación.

—Yo más pequeña — respondió, recibiendo el abrazo.

Él y yo habíamos sido así de unidos desde siempre, Asher sabía todo de mí, y yo sabía todo de él. Nos teníamos solamente el uno al otro, éramos los únicos hijos de mamá y papá, y así habíamos sido muy felices siempre, nunca nos había faltado nadie ni nada. Y así sería para siempre, unidos, solo él y yo.




Nota: Me desaparecí, lo admito y lo siento, la vida me dio tantos golpes que tuve que dejar muchas cosas. Perooo, aquí estoy de nuevo corazones, muy emocionada por volver a escribirles historias, los extrañe tanto <3! ahora estoy mucho mejor. 

Les dejo la nueva cuenta de Instagram, a la otra le paso algo:  en el perfil

Los amo tanto, gracias por todo ❤️



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⏰ Última actualización: May 12, 2023 ⏰

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