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Hyunjin fue a casa de Jeongin. Pero no fue él quién le abrió la puerta, si no su madre. La mujer dejó pasar al mejor amigo de su hijo, esperando que pudiera hablar con el menor, porque ella también estaba preocupada por su pequeño.

— Jinnie.— susurró el menor al verle. Jeongin tenía la cara pálida y más delgada que antes, aunque para él siempre sería lo más precioso que verían sus ojos.

— Innie.— susurró acercándose a él para acunar su cara entre las manos.— ¿Qué te ha pasado, bebé?

— Lo siento, lo siento mucho.— murmuró, comenzando a llorar.— Tú me dijiste que él no era bueno, pero y-yo seguí con él. Él me engañaba mucho, Hyung. No me pasa nada grave, sólo... Fui un estúpido, dejé de comer, me decía que me veía gordo. Me dijo que no servía para nada, y le creí. No podía dejarle, porque él me dijo que nadie me querría y-

— Shh, tranquilízate.— cada palabra que escuchaba era como veneno para él. Él lo había permitido, y por eso ahora su chico estaba llorando. Si no se hubiera quedado de lado, todo habría sido diferente.

— Y dejé de lado a la única persona que de verdad quería, hyung

 ᘍ   છ   ᯇ   𝗚𝗜𝗚𝗜𝗟  ︵ㅤ.  ( 𝓱𝓳 )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora