Algo Contigo. Spreenckity

Algo contigo.

Ya me quedan tan pocos caminos
Y aunque pueda parecerte un desatino
No quisiera yo morirme sin tener
Algo contigo.

Quackity.

Mire como todos en mi clase de música se marchaban, me senté ahí en un rincón con tristeza pensando en lo mucho que estaba enamorado de spreen, suspiré triste mientras ocultaba mi rostro entre mis brazos.

— ¿Porque..? – dije en un susurro para mí, me levanté con tristeza hacia la guitarra que estaba ahí y empecé a tocarla con nostalgia, y una sonrisa triste en los labios.

— y hace falta que te diga que me muero por tener algo contigo....? – dije cantando al son de la tranquila canción. – y es que no te has dado cuenta de lo mucho que me cuesta ser tu amigo... – dije pensando en spreen mientras una lágrima bajaba por mis mejillas. – ya me quedan muy pocos caminos, y aunque pueda parecerte un desatino...– suspiré tocando la guitarra. – no quisiera yo morirme sin tener algo contigo... – dije lo último para después limpiarme mis lágrimas que inconscientemente salían de mis ojos.

Sabía que spreen estaba junto a roier seguramente, quizá besándole y diciéndole que era su mundo entero, mostrándole su amor sin reproches en público, y yo...yo solamente podía estar en ese salón vacío cantando con el corazón lo que me dolía tanto.

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Spreen caminaba por los pasillos de la escuela después de su entrenamiento de fútbol. Roier lo esperaba en el estacionamiento, pero tenía que pasar por su casillero primero. Mientras se acercaba, escuchó una melodía familiar proveniente del salón de música.

— ¿Quackity? – pensó, extrañado de encontrar a su amigo ahí a esas horas. Se asomó por la puerta entreabierta y vio a Quackity sentado, tocando la guitarra con expresión melancólica. Spreen sonrió con ternura, siempre le había gustado oír cantar a Quackity.

Pero cuando comenzó a escuchar la letra de la canción, su sonrisa se desvaneció. — ¿Me muero por tener algo contigo? – Spreen sintió una punzada en el pecho. No podía ser...¿o sí? Observó en silencio cómo una lágrima se deslizaba por la mejilla de Quackity mientras continuaba cantando con voz trémula sobre no querer morir sin tener algo con...

Conmigo. Spreen se quedó de piedra. ¿Quackity estaba...enamorado de él? Su mente era un torbellino de confusión y emociones encontradas. Por un lado, se sentía feliz, más de lo que había sentido en mucho tiempo. Pero por el otro, la culpa y la incertidumbre lo invadieron. ¿Qué se suponía que debía hacer ahora?

Se alejó a paso rápido del salón de música antes de que Quackity pudiera descubrirlo. Tenía que pensar, y tenía que hablar con Roier. Pero una cosa estaba clara: Quackity le correspondía, y eso cambiaba todo.