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El silencio reinaba en el lugar, ninguno parecía querer romper la sensación de soledad que rodeaba sus cuerpos. Ambos adolescentes centraban sus vistas en lo que fuera antes de mirarse uno al otro.

Con notable diferencia la habitación de al lado se encontraba en una muy buena charla compartida entre los padres de estos, que ignoraban por completo la situación de sus hijos.

Incomodidad era la única palabra que podía describir el momento entre estos dos. El bicolor parecía hartarse cada vez más, si alguien tenía menos orgullo entre los dos ese era él.

— Entonces, ¿entrarás a la UA? — cuestiona con simpleza, serio.

La chica posa por fin su mirada sobre él, escasos segundos, pero suficientes para hacerle notar lo disgustada que estaba. La respuesta se estaba tardando, y el Todoroki se arrepentía una y otra vez de haber decidido abrir la boca. Ella y su padre parecían ser iguales en cuanto a carácter, tan serios y distantes que hacían pensar que lo mejor era no acercarse.

El bufido del chico alertó a la rubia volviendo a concentrar su vista completamente en él; no sentía la necesidad de responder, pero de pronto le pareció un tema que le interesaba compartir.

— Sí — Contestó sin más. Se acomoda en su lugar al darse cuenta que había sido una respuesta muy simple, entonces carraspea su garganta antes de agregar: — Es lo que mi padre quiere.

Todoroki no pudo evitar fruncir el ceño ante las palabras de la chica dándole a entender casi de inmediato que quizá había dicho algo muy personal.

— Y lo que creo, es mejor para mí — agrega apresuradamente al ver que el bicolor tenía la intensión de hablar.

En cuestión de segundos su personalidad fría dejó de parecerle creíble al Todoroki. Ahora la veía como una chica queriendo seguir las órdenes de su padre, parecía temerosa.

— Supongo que nos veremos allí.

Decide no decir lo que realmente quería, sabía que no era de su inconvencia lo que la chica hacía o dejaba de hacer para complacer a su padre.

— Eso si logras pasar — habla después de segundos en silencio que habían parecido una verdadera eternidad. 

El chico queda desconcertado, parecía que se estaba burlando de él.  El ambiente de pronto se torna tenso, la mirada del bicolor posa sobre la mujer sin ningún rastro de amabilidad. Por su puesto, _____ se da cuenta de eso.

— No es que dude de tus capacidades; conozco a tu padre, es un hombre fuerte.

— No soy como mi padre — sisea entre dientes apenas la rubia termina de hablar. Se encontraba molesto, era obvio.

— Entonces estás en graves problemas — el tono en ella también había cambiado por completo; si antes era simplemente serio, ahora una pizca de molestia se asomaba entre sus palabras. — Si no eres capaz de ser como él, no entiendo porqué estarías perdiendo tu tiempo entrando a la academia.

— ¿Eso crees? — incrédulo, se levanta casi de un salto asustando a la chica de lo repentina que había sido su acción. — No voy a la academia para ser como él. — cada palabra sale con rabia, la de ojos negros eleva ambas cejas un tanto impresionada. — Quiero ser mejor.

Ante estás últimas palabras, el joven todoroki abandona la habitación. 

— Lo dudo — murmura para sí misma. 

Endeavor era sin duda, para ella, uno de los héroes más importantes e inalcanzables, difícil de superar, no sólo en el país, en todo el mundo más bien. Quizá esto se deba a las miles de ideas que su padre — gran amigo del héroe, y compañero de trabajo — le había metido a la cabeza sobre el pelirrojo, ideas que dejan en evidencianda la enorme admiración que su padre le tenía al Todoroki mayor.

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⏰ Última actualización: Oct 21 ⏰

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