El final del invierno se aproximaba. Ya los comerciantes se preparaban en caravanas listos para partir con rumbo al extenso territorio asiático en busca de los fantásticos tesoros que sólo en este terreno se podían encontrar.
Un viejo comerciante preparaba lo que sería necesario para emprender un largo viaje cuyo fin era muy distinto al de otros.
Iría acompañado por el mayor de sus cuatro hijos, un joven de tan solo quince años cuyo nombre era Silvano.
Emprendió su viaje deseoso de conocer más del mundo antes de que la hora de su muerte llegara, dejando atrás los recuerdos de su primera esposa, una bella mujer que pocos tiempo después del nacimiento de su segundo hijo caería enferma y moriría. También dejaría a su segunda y última esposa, Alva, madrastra de sus dos hijos mayores y joven madre de sus hijos más pequeños. Dejaba toda su vida atrás y arriesgaba la de su primogénito esperando que triunfara como comerciante fuera del territorio romano para que, años más tarde, regresara al encuentro con su familia lleno de fortuna y riquezas.
El camino a recorrer era peligroso y largo pero con la ayuda de algunos contactos lograrían recorrer grandes distancias en un corto tiempo relativo al normal. Al hombre no le importaba que en el tiempo que durase el viaje el llegara a morir, simplemente quería ver más allá de lo que estaba acostumbrado, quería al menos morir con las memorias que obtendría en ese viaje, con aquello nuevo que conocería y con la esperanza de que su hijo llegara a su destino final y triunfara.
Iniciaron su camino hacía una zona que ellos conocían perfectamente por los numerosos negocios que hicieron años atrás y en donde esperaban obtener más ganancias que usaran para continuar su viaje.
-Padre, ¿Qué haremos aquí? - preguntó de manera extrañada el hijo del comerciante en cuanto logró visualizar la ciudad que ya años atrás había conocido gracias a algunos viajes de su padre en el que había sido participe.
-Conozco a algunos mercaderes en esta zona, hace algún tiempo pase por aquí y les comente sobre el descabellado plan que se me había ocurrido, dijeron que nos apoyarían solo un poco en cuanto a hospedaje mientras logramos obtener más ganancias y el alimento necesario para seguir. -El anciano comenzó a mirar como si buscara algo, cuando finalmente lo encontró, indico a su hijo un pequeño puesto entre los distintos comercios del lugar - Ahora muchacho, corre a esa tienda de por allá, lleva estas monedas y que te den algunas armas, que estoy seguro, nos serán necesarias en el viaje. Regatea con el dueño, que bien sé que a ti se te da eso.
-Si padre - Corrió en dirección a donde el mercader exponía sus productos y una vez que pudo obtener lo pedido por su padre regresó pero ya no se encontraba su progenitor en donde se había quedado, sólo encontró la carreta y al caballo que llevaban para tal viaje junto con su mercancía. Buscó con la mirada, encontrando al hombre sentado junto a una tienda entablando una animada conversación con el que parecía ser otro comerciante.
-Silvano, que bien que regresas. Nos quedaremos con este amable hombre durante nuestra estadía en el pueblo.-avisaba a su hijo, mirando al hombre a su lado quien con una tranquila sonoriza afirmaba con la cabeza - Al parecer nos tardamos en llegar más de lo que se esperaba y ese amigo mío que nos ayudaría pensó que nuestra llegada se retrasaría más. Aprovecho esto para salir al extranjero por algunos productos del sur dejando a su esposa con una de sus hermanas y es por eso que no habría nadie con quien nos quedáramos, pero este nuevo amigo mío ofreció un espacio en su casa; es por eso que nos quedaremos con él.-
-¿Se mantendrá en pie el plan que teníamos en un inicio?-
-Sí. Nos quedaremos un par de semanas y luego partiremos.-
Y tal y como el anciano lo indicó, dos semanas pasaron, cuando ya tenían nuevamente lo necesario para continuar. Emprendieron su viaje, no sin antes agradecer al amable hombre por tanta hospitalidad y a su vez el dio su último consejo "Aléjense de la zona norte, dicen que recientemente hay muchos problemas con rebeldes en esta zona".
ESTÁS LEYENDO
Silk Road
FanfictionSilvano viaja por la más importante ruta económica que existe entre Europa y Asia, acompañando a su padre en una travesía ambiciosa que lo llevara a la mística ciudad de Chang-an en donde la felicidad y el infortunio se encuentran cara a cara para...