El karma

5 1 0
                                    

Han pasado dos años, dos años de aprendizaje, dos años donde sentí que mi vida cambió, sobre todo mental.
Estudié algo nuevo y muy interesante (aparte de mi carrera, ya casi la finalizo), estuve trabajando en diferentes lugares, viajé, todo mi enfoque me lo dediqué a mí, conocí personas increíbles y personas que hubiera preferido no conocerlas, pero como todo en la vida se trata de aprender, es allí donde me di cuenta que todo lo qué haces en la vida, se devuelve. Así que ten mucho cuidado con lo qué haces aquí en la tierra.
Es allí donde vi el 'karma' en persona.
O pequeños fragmentos del 'karma'.

Hubo días donde me sentía en paz, tranquila.
Despertaba y nada dolía.

Aquellas madrugadas donde no podías dormir, porque habían cosas que dentro de ti, sabías que tenías que superar y  de repente pudiste lograr que desaparecieran por ese instante.
Por primera vez, después de mucho tiempo, pude descansar.
Pude controlar aquel dolor que me hacía trizas.

Hasta que llega alguien y todo lo arruina.
Lo importante de esto, es aprender a tener el control.

Conocí muchos chicos increíbles, muchos me apoyaron en mis locuras, de otros aprendí de sus errores que me contaban y por los que me hacían pasar, admitiré que en esos años si hubo alguien que me llamó la atención, pero al final me alejaba de la persona por el simple hecho de que tenía miedo a volver a sentir, pero el karma, el karma no te deja en paz hasta que lo sientes.

Me fui para Cartagena con un grupo de amigos, me sentía muy contenta. El mar, la brisa, la música, amigos, es todo para mí.

Ese día, había un amigo que lo había conocido hace una semana, quiso ir conmigo y mi grupo a Cartagena, es una calidad de persona, me cayó súper bien, al igual que a mis amigos.
Estábamos en una isla por un quiosco, ahí solo nos encontrábamos 3 amigas, él y yo.
Habíamos salido a caminar y conocer esa parte de la isla, por un momento nos quedamos sentados en la arena debajo de un árbol muy gigante que daba sombra, mirando frente a la hermosa playa de agua transparente con un fondo de diferentes tonalidades de azul.
Empezamos hablar de lo lindo y cómodo que era estar en ese lugar, una amiga de repente sale con un comentario diciendo "lo que pase en Cartagena, se queda en Cartagena", todos nos reímos y estuvimos de acuerdo.
Ese mismo día, cuando ya nos íbamos a montar a la lancha que nos llevaría de regreso, mi amigo me dice: "Gabriela, cierra los ojos que tienes algo", yo le hago caso, y procede a acercar sus manos muy lentamente hacia mis ojos y, acercar sus labios hacía los míos, yo siento la sombra y abro rápidamente los ojos y cuando lo veo súper cerquita, con mis manos las colocolo en su pecho retirándolo de mi y diciéndole "Que haces?", él, me mira y me dice: "perdona".
Todo quedó así, y seguimos normal.
Cuando llegamos al hostal donde todos nos estábamos quedando, nos dimos cuenta que había una fiesta ese día, la anfitriona de la fiesta estaba en la puerta y procede a invitarnos, así que todos muy contentos nos fuimos a arreglar.
Camilo, mi amigo, el que me quería 'besar', esa noche se comportó muy lindo conmigo, súper atento, me hacía reír, me seguía en mis bromas y ese día nos acostamos tarde.
Todos en la misma habitación, en diferentes camas, era un cuarto súper gigante.

Al día siguiente, la primera en levantarse soy yo, eran las 5:30 de la mañana.
Necesitaba ir al baño, y adivinen?, Me vino el periodo, yo no sabía, se me había adelantado, no tenía toallas higiénicas, en Cartagena solo íbamos a durar dos días, y no me mentalice que me llegaría estando justo allá (así que niñas, vayan siempre precavidas a todos lados).
Yo procedo a despertar a mis amigas, ninguna tenía, no podía ir a la tienda porque todo estaba cerrado, así que fui recursiva, me puse papel higiénico y seguí durmiendo (moría del sueño).
Luego siento que alguien me da un beso en la frente. Si, era Camilo. Me da los buenos días.
Él ya estaba bañado y cambiado, yo veo la hora y eran las 7 de la mañana, todo el mundo seguía durmiendo, le pregunté que porqué se despertó tan temprano, él me responde que tiene hambre, así que aproveché y salí con él para comprar mis toallas.

Aprende a vivir con el dolor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora