Por fin logaste irte de vacaciones a Tokio, la vida parecía recompensarte por todo tu sufrimiento de niña y todos esos meses del curso de japonés por fin darían frutos
al menos hasta aquel contrato con el demonio del fuego...
pero al menos ya podías...
Después de haber pasado a la tienda de conveniencia de la esquina (que básicamente era un Oxxo pero como aquí soy fresitas ps XD) pude por fin probar uno de esos ramen que pasaban en los videos, de esos que hacían sus unboxins directamente en la tienda con el trabajador ahí atrás con cara de
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Mientras esperaba a que el Ramen estuviera, me puse a contabilizar mi dinero, saber en cuanto gaste y en qué para que después no anduviera muriéndome de hambre para ahorrar para el avión de regreso a mi México lindo y querido
- Esto se va para la comida de mañana y pasado...y esto para gastos equis...entonces me deberían quedar doscientos cincuenta y siete mil yenes...o sea treinta y tres mil pesos...no se porque presiento que me va a faltar- dejé caer mi cabeza en la mesa - y si dejo de comer en la calle y trago puro ramen?- vi mi ramen en la barra de la cocina
Empecé a valerme por mi misma desde la muerte de mi mamá, mi papá básicamente fue por cigarros y mis abuelos no estaban en condiciones de cuidar de mi, aunque ya entendía como se movía el mundo cuando sucedió...nadie me había explicado como administrar mis gastos y estuve viviendo de la pensión que mi mamá me había dejado hasta que pude conseguir un trabajo y pagarme un pequeño departamento en la zona más fea del DF, oh si, y también pude entrar a la universidad
Ahora que tengo casi 19 pude viajar a Japón y rentar un Airbnb con el dinero de mi trabajo y los apoyos que tengo por parte de la universidad...
Fui por mi ramen y me volví a sentar
- Ay como vergas caben los chalitos en estas chingaderas?- dije intentando acomodar mis piernas por enésima vez en el mentado Kotatsu, encendí la tele y me puse a ver los concursos japoneses raros que luego salen en el tiktok
(...)
Ya estaba en el futón intentando dormir, me sentía como la princesa esa que sentía el guisante bajo su almohada de lo incomodo que era dormir ahí, pero peor es nada
Como pude me acabé durmiendo y esa misma noche juro haber visto en mis sueños un wuei lleno de fuego, como si de eso estuviera hecho, en el sueño, me extendía su mano esperando que la tomara pero el miedo a las flamas me hizo retroceder, fue entonces cuando logré ver sus ojos, brillaban de un intenso color rojo, me fulminaban, como si quisiera decirme algo pero la carencia de una boca se lo impedía
Y como no tomaba su mano, se abalanzó a mi, y eso fue lo que terminó por despertarme, afortunadamente era de día ya...maso menos como las 12...tempranito
Hice mis quehaceres, y me dispuse a ir a conocer zonas que no se verían en las películas, como callejones, ir a ver hasta donde me dejaba el metro y correr el peligro de que me viole un chino apestoso, pero eso es de todos los días en mi México mágico
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