Reconociste esa voz de inmediato, los latidos de tu corazón se aceleraron apenas terminó de hablar. Él fue tu amor en la adolescencia, pasaron los tres años de preparatoria juntos y un par después de graduarte. No seguiste estudiando y él sí, así que el tiempo que tenían para verse se redujo en buena cantidad, provocando la falta de comunicación entre ustedes y de manera eventual dieron fin a su relación; después de 5 años.
Fue algo bueno, no podías seguir a su lado siendo una carga, aunque no hayas podido superarlo aún con el pasar de los años. Era un buen chico, no dudas que sea un buen hombre ahora mismo, pero tus problemas y demonios internos ganaron la lucha contra toda seguridad que él te daba. Eras la única que dudaba y en consecuente; aquel pilar encargado de sostener su relación se fue derrumbando poco a poco. No es que él no tuviera defectos, preocuparse en exceso por los demás no es algo bueno, aún si Sartre decía que nuestras acciones repercuten en los demás; tu individualismo también va hasta la cima de la montaña más alta. Eran polos opuestos, si él iba a cargar con los demás no aceptaste ser voluntaria a estar en el mismo lugar pese a ser su novia. Este también fue uno de los problemas que te llevó a terminar la relación.
—Hola —el tono tan seco que usaste lo hizo sonreír—. ¿Qué con esa sonrisa?
—No esperaba respuesta, así que ese hola fue un gran avance —respondió.
—Ni lo pienses, Rengoku, estoy respondiendo por pura educación.
—No te preocupes por eso, entiendo la razón de porqué me estás hablando así. No estás obligada a responderme si eso es lo que quieres.
«¿Dónde diablos quedó toda tu energía?» te preguntaste dándole un último sorbo a tu bebida y dejándola sobre la barra. Te relajaste, siempre supo como tratar con las personas, no puedes ser grosera con él si no te da una razón y no te la dará, así que es todo un martirio.
—Hola —saludaste bien—. ¿Cómo estás?
—¡Estoy muy bien! —respondió con esa característica energía.
—¿Tú qué haces en este lugar?, ¿Acaso tienes lo que yo?
—Huh...
Te levantaste de tu lugar.
—Eso veo —agregaste al ver su reacción—. Iré a dormir, Rengoku. Estos lugares no son para personas como tú, no vengas aquí.
Quizás sólo fuiste tú la que nunca pudo entenderlo.
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Hola gente guapa Esta historia se me ocurrió cuando estaba escuchando música JAJAJAJA Va a ser un poco personal tmb, me voy a desahogar aquí a modo de fanfic XD
Estaba pensando en que sea una secuela de "Profesor", pero no c, creo que no, tengo que ver cómo unirla con esa y "canción de cuna" (esta la puse en borradores).
