28.- Nikah.

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La mañana llegó y Genoveva fue despertada muy temprano por una mujer anciana de pelo blanco y chimuela, la llevó tomada de la mano con ella fuera de la casa de Kamel por medio de señas ya que no entendía nada de lo que le decía. Genoveva miraba a su alrededor las casas hechas de palos y telas y pieles no eran nada comparadas a la de Kamel. Cuando llegó a una de las casas de tela tuvo que agacharse un poco para entrar ya que si no pegaba con el techo, al entrar, al fondo se hacia más alta la carpa y encontró a Rosita que la estaban preparando para bañarla, era una comitiva de señoras. En cuanto su amiga la vio corrió y la abrazo con mucha fuerza.

—¡Oh, Rosita no sabes lo que te eh extrañado! —Y se echó a llorar como una niña.

Rosita extrañada porque desde la muerte de su madre no la había visto llorar ni una sola vez.

—¿Qué le pasa mi niña, es infeliz?

Genoveva se dio cuenta que estaba preocupando a Rosita con su comportamiento y podría arruinar su boda con sus problemas.

—Nada, no me pasa nada y claro que no soy infeliz, cómo podría ser infeliz si hoy es el día más importante de tu vida y tú eres como mi hermana.

—Niña que cosas tan bonitas dice, me va a hacer llorar.

Comieron, y en una parte del campamento en el que solo se encontraban las mujeres hacían cantos y bailes alrededor de una fogata al atardecer y así continuaron por casi seis días. Al séptimo al atardecer después de comer, las mujeres llenaron una especie de tina de madera y le pusieron aceites aromáticos y metieron a Rosita en ella, como Genoveva fungía como único pariente de Rosa la trataron por igual. Después del relajante baño las recostaron en un tipo de cama y las masajearon con aceites, las mujeres reían sin parar y platicaban entre ellas. Genoveva se empezó a relajar y a olvidar un poco los sentimientos encontrados que le producía Kamel, en estos días con Rosita no lo había visto ni una sola vez y eso la hacía que se sintiera contrariada. Después de tanto mimo llegó una señora acompañada de la mujer de ojos verdes con la que había discutido Kamel días atrás. Les sonrió a ambas y besó en la mejilla a Rosita y le pidió a la mujer que la acompañaba que se encargara de prepararla para la ceremonia, después volteo a ver a Genoveva se paró frente a ella, la miro a los ojos como si tratara de encontrar una respuesta silenciosa en ellos, se inclinó y besó su mejilla, pidió a la señora que pintaba dibujos elaborados en el cuerpo de Rosita que en cuanto terminara con ella le realizara el mismo trabajo a Genoveva. Fue larga la espera, pero aunque les resultaban extraños los dibujos en el cuerpo les parecían hermosos y elogiaron la habilidad de la mujer para realizarlos, aunque esta no entendiera lo que les decía Rosita con lo poco que había aprendido del idioma por parte de Safiy, le agradeció.

—Valla Rosita, me sorprendes, no estaba enterada de que ya sabes el idioma.

—Solo se algunas cosas, mi niña, pero estoy segura de qué con la ayuda de Safiy lograre comunicarme bien dentro de poco. Yo creo que usted debería de pedirle a Kamel que le enseñe el idioma. ¿Cree que se case pronto con él?

—¿Por qué me preguntas eso, Rosa?

—Pues por saber, viven juntos y pues eso no está bien visto en ningún lado, sé que la mamá de Kamel el otro día entró en su vivienda y los encontró besándose y lo regañó muchísimo y le pidió que se comportara a la altura de ser el hijo de Ra'id.

—Ah sí y eso ¿tú como lo sabes?

—Porque me lo conto Safiy, ya que se encuentra preocupado, porque desde entonces Kamel no lleva buenas relaciones con su madre, pero por lo que vi hace un momento cuando ella la besó, quiere decir que la acepta como esposa de su hijo ya que cuando a mí me presentaron a la mamá de Safiy se portó igual conmigo.

Esclavo de Pasión y OdioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora