Único

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Cuando Tony escuchó esas palabras, supo al instante que estaba jodido.

¿Sabes esa sensación que tienes cuando tu mamá te llama por tu nombre completo?

Sí, así es como se sentía Tony Stark, en este momento. Girándose hacia donde provenía esa voz que él amaba tanto, Tony, nervioso, suspiró.

—¿Sí Pepper?— Preguntó, tratando desesperadamente de no lloriquear como el bebé que todos sabemos que es en el corazón, en lo más profundo.

El rostro de Pepper se suavizó.

—Te he estado llamando durante cinco horas, Tony. No puedes seguir ignorándome— Ella señaló. Al ver la cara de aburrimiento de Tony, agregó —Solo quería recordarte lo de la gala de esta noche.

—Sí, sí, no soy sordo ni olvidadizo Pepper— Dijo exasperado —Me lo acabas de decir hace cinco minutos.

Mirando hacia atrás en esta conversación, Tony se dio cuenta de que no debería haber escuchado, y definitivamente no debería haber ido a esa gala.

Estaba sentado allí. Estaba a punto de pedir un trago en el bar. Solo se estaba ocupando de sus propios asuntos. Intentaba no ser visto. Él estaba bien. Intentaba pasar desapercibido. Pero si eres Tony Stark, ¿Realmente puedes pasar desapercibido? Aparentemente no. Oh, ¿por qué Pepper tuvo que acudir a él? ¿Por qué tenía que presentárselo a ellos?

Ahora, concedido, no fue realmente un desastre, pero a escala de humillación, para Tony, sí. Sí, lo era.

—¡Tony! ¡Tony!

Dicha persona miró hacia arriba para ver a Pepper caminando hacia él, una mujer con ojos verdes, un vestido gris brillante, aretes de aro dorados que parecían caros y un hombre alto pelinegro con ojos azules y un traje que parecía caro.

Tony se aclaró la garganta, se puso de pie y se sacudió el polvo invisible e inexistente de su aún más caro traje. Puso una sonrisa en su rostro y se volvió hacia Pepper.

—¡Pepper! ¿Qué pasa?

—Tony, este es el Señor y la señora Kent , solicitaron reunirse contigo.

—¡Nuestra hija te ama absolutamente! Te admira.

Tony se ríe.

—Sí, eso es adorable— Agitó las manos en el aire y sacó un papel doblado de su bolsillo. Lo desdobló para revelar una foto firmada de él —Dale esto de mi parte, gracias— Le entregó el papel a la morena con una sonrisa.

La señora Kent sonrió y guardó el papel en su bolsillo,

—¡Gracias!

—Sabes, yo también tengo un hijo— comenzó Tony, ignorando la mirada de Pepper.

Los ojos del señor y la señora Kent se iluminaron,

—¿En serio? ¡No sabía eso!

Tony asintió.

—Sí, tiene 15 años y su nombre es Peter.

La pareja asintió.

—¿15? Nuestra hija solo tiene 7.

—Por la foto que me mostraste, me di cuenta de que es adorable.

—Hablando de fotos, ¿podrías mostrarnos una foto?

Tony asintió, sacó su teléfono, amplió la cara sonriente de Peter en una foto de la victoria que tomó esa vez que fue a la competencia de decatlón de Peter y, por supuesto, habían ganado.

—Ese es él, acaba de ganar su competencia de decatlón.

—¡Se parece a ti!— exclamó la señora Kent —¡Tu cerebro, estoy segura!

—¿De quién más?— Tony se rió.

Esa noche, Pepper levantó una ceja hacia Tony mientras estaban en la cama.

—Entonces... —Ella arrastró las palabras, la diversión grabada en su rostro. —No sabía que tenías un hijo.

La mirada parecida a un tomate de cara roja de Tony lo decía todo.





Gala, hijos y sorpresasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora