In my mind

98 16 1
                                    

Si pudieras volver realidad un deseo, ¿cual sería?

Esa era una pregunta muy fácil para Bakugou Katsuki. Lo que el respondería sería "dejar de verlo solo en mi mente".

El extrañaba a su chico. Aquel que le sacaba risas, o que algunas veces lo enojaba. Realmente desearía dejar de verlo solo en su mente.

Extraña sentir sus manos llenas de cicatrices, o su cabello esponjoso pegado a su pecho. Extraña aquellas miradas traviesas que se dedicaban durante las clases o cuando se entregaban el uno al otro luego de la semana de exámenes finales.

Desearía sentir su cuerpo una vez más mientras le dedica una sonrisa, o tan solo poder agarrar su mano una última vez.

El era un idiota. ¿Cómo fue que no luchó por amor? Era más que obvio que se pertenecían el uno al otro. Eran la pareja perfecta.

Eran la pareja perfecta porque por más que discutían siempre lo arreglaban de alguna u otros manera. Eran la pareja perfecta porque se complementaban como el Yin lo hacía del Yang. El único problema es que no eran pareja.

Nunca lograron serlo.

Debieron luchar por su amor. Debieron pelear tanto como lo hicieron con los miles de villanos a los que se enfrentaron juntos. Si pudieron vencer a la muerte por tanto tiempo, ¿como no pudieron vencer la barrera que los separaba?

Si tan solo hubiera dicho un "Te amo", si hubiera agarrado su mano sin permitir que se subiera a aquel avión blanco.

Quizás Izuku Midoriya seguiría aquí.

Quizás seguiría con vida.

Porque aquel día fue el día en el que tantos recuerdos marcados sobre la piel de ambos se destrozaron, dejando solo la mitad de ellos todavía en la faz de la tierra.

Su extraña relación había terminado cuando salieron de la universidad, pues tiempo ya no les quedaba para amar.

¿Y si hubieran hecho un pequeño hueco en sus agendas para el amor? ¿Sería que solo así podrían estar ahora en una casa con bellos hijos como siempre lo desearon?

Bakugou desearía jamás haberlo dejado ir. Nunca haber discutido ese 20 de Mayo e impedir que se subiera a ese avión que lo llevaría a la base de aquel villano en las islas que se encontraban a las afueras de Japón.

Pero el sabe que el hubiera no existe, porque no hay manera de cambiar el pasado. Pero ahora tenía la oportunidad de cambiar su futuro.

Desearía poder dejar de verlo solo en su mente porque ya no quería verlo. Su primer y único amor, aquel que tanto anhelaba día y noche y que se apoderaba de su mente las 24/7. Desearía dejar de verlo.

¿Pero cómo hacerlo? Así como soñaba con el cuando tenía 16 años, lo seguía haciendo a sus 34.

Soñar con aquellos ojos jade que de alguna manera le decían "te amo" en cada mirada, o con aquella sonrisa que todas las mañanas le dedicaban un "buenos días" y todas las noches le daban besos en sus mejillas.

Su casa estaba llena de cuadros de el. Cuadros que el había pintado. Porque si, decidió refugiarse en la pintura puesto que era la única manera de dejar salir las imágenes de su cabeza.

Cada pintura era un recuerdo. Algunas de ellas eran divertidas, algunas otras eran tiernas, incluso habían unas un tanto eróticas de sus memorias en la universidad.

Eran jóvenes. Tan jóvenes para saber que, el amor no se gana por sí solo, se lucha por el.

Pero Bakugou se olvidó de ello. Por más que Mitsuki se lo dijera durante toda su vida, no le prestó atención. No le presto atención porque el ya había visto el cielo en los ojos de Izuku Midoriya, pero tanto fue su asombro que se le olvidó como llegar a el. Se le olvidó entrar al paraíso agarrado de la mano de su amado.

Si todo lo que hizo con el fuese un pecado, no se arrepentiría. No se arrepentiría porque en el infierno podría seguir en el paraíso con tan solo verle el rostro.

Pero de ellos dos el único que bajaría sería el, porque Izuku era un ángel bajado del cielo. Uno que lo sacó de la miseria. Si uno de los dos debía someterse al castigo de ser enviado al inframundo para ser maltratado por Lucifer, sería el. Porque su ángel siempre tendría un asiento en el cielo a la par de Dios.

Pero ahora el infierno vino a la tierra, y eso era verlo solo en su mente.

Desearía dejar verlo en sus pinturas, en sus sueños, en su todo. Desearía seguir adelante pero se quedó estancado en el pasado, hundiéndose cada vez más en el mar de los recuerdos que inundaba su mente.

Todo el día estaba cansado, porque durante toda la noche se la pasaba soñando.

Soñar ya no era divertido, ahora era demasiado triste. Tan triste que no podía evitar tener los ojos hinchados de tanto llorar.

Desearía dejar de verlo solo en su mente, pero ahora lo decía con esperanza de algún día verlo en el cielo.

Entrar de alguna manera, incluso si era por unos segundos, para decirle lo que tanto necesitaba sacar de su alma y cuerpo. "Te amo".

Pero ahora solo le quedaba soñar con que alguien con un Quirk raro llegara y le preguntase por un deseo para convertirlo luego en realidad.

Lo esperaba tanto, tanto, tanto. Le rezaba a todos los dioses existentes todas las mañanas, y les suplicaba todas las noches por ello.

Todo para poder decir algún día:

"Desearía dejar de verlo solo en mi mente"

In my mindDonde viven las historias. Descúbrelo ahora