El día comenzaba en aquella hermosa ciudad... Ciudad alejada de todos los problemas, discusiones y pasados molestos... Aunque mi familia había quedado atrás con todo eso, era lo único malo de la situación. No poder abrazar a mi hermana, a mi madre o a mi primo, solo podía verlos por una pantalla y eso si no tenía alguna emergencia que atender o no me quedaba dormida al llegar a casa...
La mayoría de las veces mi madre se entristece un poco al igual que Kara pero nunca dicen nada... Ellas saben que vivo para mi trabajo y es mejor , así no pienso en lo tonta que fui para enamorarme de una mujer que solo buscaba diversión... Además el trabajo aquí en Francia era relajante, agradable y la paga era muy buena, nada de que quejarse... En gran parte ya tenía pensada mi vida. Visitar a mi familia en vacaciones y luego seguir mi vida en este país, conseguir una mujer que me ame, me acepte, casarme y tener una hermosa familia... Seguir esforzándome en mi trabajo, adoptar un perro... Excelente, maravilloso sueño. Lamentablemente una sola llamada destruyó aquel futuro planificado.
—Doctora Danvers en qué puedo servirle— respondo con seriedad
— Alex...—
— ¿Kara?— pregunto un poco confundida— Este no es tu número telefónico —
— Escúchame Al... Debes regresar ahora a National city, surgió un problema —
—¿Ocurre algo? ¿Mamá está bien?— siento como el pánico se apodera de mí tranquilidad
—Mamá está excelente Alex, pero... Hay una situación y necesito que vengas aquí... Ahora —
— Kara tengo varias cirugías para esta semana, no puedo cancelarlas —
— Oh cariño — frunzo el ceño al escuchar a la novia de mi hermana— dile la verdad a la chica...— el suspiro de Kara es pesado
—Habla Danvers, déjate de rodeos ... ¿Qué demonios sucede?— me levanto del escritorio
— Alguien quiere hablarte...— murmura
—¿Qué?-- se escucha movimiento al otro lado— Kara... ¡Kara!—
— No grites cariño... No soy sorda-- mi cuerpo se tensa al escuchar esa voz
— ¿Maggie? —
—Hola amor mío —se nota la burla en su voz
—¿Qué demonios haces con Kara?—
— Oh nada preciosa, solo vine a presentarle a alguien muy importante...— ¿De qué hablaba?— a su pequeño sobrino— frunzo aún más el ceño
—No estoy entendiendo... — Murmuro— ¿Sobrino?—
— Alejandro Isaac Danvers Sawyer, nuestro hijo— aquellas palabras me desconciertan y me molestan instantáneamente
—¡Cómo dices tal estupidez Sawyer!— grito furiosa— tú y yo terminamos hace 3 años ... ¡Tres años!—
—Lo sé amor... Y nuestro hijo pronto los cumple— aprieto el teléfono con fuerza y niego
—Mentira... Tú no querías nada, lo recuerdo bien, tú dijiste...—
—Se muy bien lo que dije Alexandra... Pero las cosas se dieron así—
—¿Por qué hasta ahora?—pregunto sin poder creerlo
— Bárbara me convenció... Ella dijo que merecías saberlo —
