Destinos Entrelazados

Capítulo 1 "El encuentro inesperado"

Luna miró su reflejo en el espejo del baño, tratando de ignorar las miradas curiosas de las chicas que se peinaban a su alrededor. A pesar de que siempre había sido la envidia de sus compañeras de escuela, hoy se sentía extraña. Incómoda en su propia piel.

Hace unas semanas, la vida de Luna era perfecta. Era la capitana del equipo de porristas, tenía las mejores calificaciones y una familia amorosa que la apoyaba en todo. Pero todo eso cambió la noche en que su padre tuvo un terrible accidente de auto. Desde entonces, Luna no había vuelto a ser la misma.

En lugar de ser la confiada y segura de sí misma que solía ser, ahora se sentía tímida e insegura, como si algo se hubiera roto dentro de ella y no pudiera repararse. Había dejado de asistir a las prácticas de porristas y se había alejado de sus amigos, sintiéndose como una extraña en su propio mundo.

Fue mientras salía del baño cuando lo vio. Ethan. El chico más problemático de la escuela. Había estado en la misma fiesta que ella la noche del accidente de su padre, y Luna recordaba haberlo visto bebiendo y causando problemas. Desde entonces, lo había evitado a toda costa.

Pero allí estaba él, apoyado casualmente contra el casillero al final del pasillo. Luna trató de pasar de largo sin llamar su atención, pero Ethan la detuvo con una sonrisa burlona en el rostro.

"¿Qué te pasa, princesa? ¿Te acobardas en mi presencia?" dijo él, burlándose de Luna.

Luna trató de ignorarlo y seguir adelante, pero Ethan la agarró del brazo y la obligó a enfrentarlo.

"No sabes nada de mí", dijo Luna, tratando de mantener la calma.

"Y no quiero saberlo", respondió Ethan, encogiéndose de hombros. "Pero sí sé que estás perdida. Y yo puedo ayudarte a encontrar tu camino de regreso".

Luna estaba confundida. ¿Cómo podría alguien como Ethan ayudarla? Pero algo en su mirada sincera y en su sonrisa llena de confianza la hizo reconsiderar.

Luna se mantuvo callada por un momento, examinando el rostro de Ethan. Nunca había hablado con él antes, a pesar de haber estado en la misma escuela durante años. Ethan siempre había sido el chico problemático, el que hacía lo que quería sin importarle las consecuencias. Pero ahora, su expresión era diferente. Era más suave, más gentil.

"¿Qué quieres decir?", preguntó finalmente Luna, su voz apenas un susurro.

"Lo que quiero decir es que te he estado observando, Luna", dijo Ethan, soltando su brazo. "He visto cómo te comportas en la escuela, cómo has dejado de asistir a las prácticas de porristas y cómo te alejas de tus amigos. Y sé que hay algo que te está afectando, algo que te ha cambiado".

Luna se mordió el labio inferior, insegura de cómo responder. Ethan tenía razón. Había pasado por algo terrible y no sabía cómo lidiar con eso. Se había alejado de todo lo que antes le importaba, incluyendo a sus amigos, a su equipo de porristas y a su novio, Lucas.

Ethan pareció leer su mente. "Lo sé porque yo también he pasado por algo así", continuó. "No exactamente lo mismo, pero algo parecido. Y sé lo difícil que puede ser lidiar con eso".

Luna miró fijamente a Ethan, tratando de comprender. Él nunca había compartido nada personal con ella antes, pero ahora estaba abriéndose con ella, ofreciéndole su ayuda.

"¿Por qué me estás ayudando?", preguntó finalmente Luna, incapaz de contener su curiosidad.

Ethan encogió los hombros. "No lo sé", respondió. "Solo quiero ayudarte, Luna. Sé que puedo hacerlo".

Luna reflexionó sobre las palabras de Ethan. Sabía que no podía seguir así, evitando a todos y sintiéndose perdida. Quizás Ethan podría ser una ayuda, aunque pareciera improbable.

"Está bien", dijo finalmente Luna. "¿Qué sugieres?"

Ethan sonrió, encantado de haber logrado su objetivo. "Bueno, primero deberíamos ir a tomar un café", dijo. "Podemos hablar y conocernos un poco mejor".

Luna asintió, sin estar del todo segura de lo que estaba haciendo. Pero algo en la sonrisa de Ethan la hizo sentir como si finalmente estuviera dando un paso en la dirección correcta.

Así fue como Luna y Ethan se dirigieron a la cafetería, comenzando un viaje juntos que
les cambiaría la vida para siempre.