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Por más que Diana dejó claro lo que significaba Pau para ella y que su orientación sexual no iba a ser un obstáculo en su amistad, la actitud que había tenido antes había inquietado bastante a Paula, tanto que se mantuvo en silencio durante todo el camino.

Diana: Pau es en serio que vas a dormir en el sofá?

Paula: Es lo mejor Diana, no quiero incomodarte

Diana: No seas tonta niña y vamos a la cama

Paula: Ya dije que no

Diana: Bueno, pero que no se supone que estaba todo bien? (se sentó a su lado)

Paula: Si pero me incomodó muchísimo la manera en que me preguntaste, por así decirlo

Diana: Lo siento mucho, pero creo que debiste decirme

Paula: Que quede claro que no eres mi madre, eres mi amiga y que no tolero que se metan en mi vida (arqueó una ceja) una cosa es que te cuente y otra muy distinta es que ya te creas con derechos sobre mi

Diana: Ya está perdóname, no se porque soy tan sobreprotectora contigo

Paula: Entiendo que quieras cuidarme y lo que sea, también entendí tu punto, pero es algo que no tengo que ir contando por la vida, y tranquila que ya pasó

Diana: Segura?

Paula: Mhm

Diana: Entonces me vas a acompañar mañana a mi turno?

Paula: Todo el turno?

Diana: Porsupuesto, vienes?

Paula: Si

Diana: Que niña tan seria (se acomodó en el sofá detrás de Pau)

Paula: Que haces Di? Me vas a tirar

Diana: Dormir contigo, eso hago (la abrazó por la cintura, eliminando la mínima distancia entre ellas)

Al día siguiente su amistad era la misma, como si nada hubiese pasado, preparaban el desayuno juntas entre cosquillas, baile y una que otra huida de Pau a Lilo. Dieron comienzo a una más de sus aventuras juntas, una que comenzó con la adrenalina en su máxima expresión, en uno de esos fríos quirófanos a los que Pau jamás se imaginó entrar, y menos a presenciar un nacimiento. Sus manos temblorosas se aferraban a las caderas de Diana, quien mantenía la calma en medio de todo el caos y hacia su trabajo a la perfección, la cara de Paula era todo un poema, su corazón iba a mil y las gotas de sudor bañaban su cuerpo, llegó un momento en el que los nervios le ganaron y su rostro se estampó en las piernas de Diana. El silencio se hizo presente y aquel llanto de esa pequeña personita, acabó con todo el caos, Pau sin pensar dos veces se acercó al bebé y no pudo evitar sonreír, mirando a los ojos a Diana.

Diana: Que te pareció?

Paula: Horrible, aterrador (rió)

Diana: Me di cuenta, creo que voy a tener tus manos marcadas gracias a eso

Paula: Espanta novios se llama

Diana: Entonces tengo que hacerte espanta novias? (agarró fuerte las caderas de Pau)

Paula: No Di!

Diana: Que tiene? (fortaleció su agarre)

Paula: Di me vas a marcar!

Diana: Eso quiero (riendo)

Paula: Diana!!

Diana: Listo, ya está, lo logré!!!

Paula: Atrevida, me re quedó

Diana: Ya no te quejes y vamos a...

Adrian: Preciosa como te fue?

Amor sin edad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora