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El sonido de la voz de la mesera interrumpió su ensueño.

—"Jiwoung" "¿Mr. Jiung?" "Here's your order"— exclamó la señorita barista detrás de la barra.

Jiwoong se apresuró a recoger su orden, se limitó a musitar un "Muchas gracias", y se fue del lugar.

Los días que soñaba con su Woohyun, siempre eran días difíciles.

Otros tantos días, a veces le era difícil reconocerse a sí mismo en un espejo e incluso recordar su propio nombre.

No lo culpen, han pasado tantos años —o debería de decir, miles de años— en los que todos a los que amaba y conocía se habían ido. A veces su cabeza era todo un rompecabezas revuelto, con vacíos y lagunas mentales, pero aún en su selectivo olvido, una pregunta sin respuesta siempre persistía en su corazón: ¿Por qué su amor tenía que doler tanto?

Las bohemias calles de Londres lo acompañaban en su caminata diaria mientras bebía su usual café latte. Se detuvo en un puente donde se quedó viendo el paisaje, perdido en sus pensamientos, perdido en sus recuerdos.

De repente, el sonido de un teléfono lo interrumpe, es el suyo, sin fijarse en quién es simplemente descuelga para contestar.

—¡Hasta que logró contactarte!— se escucha una voz femenina hablar del otro lado del teléfono— ¡Maldito seas Jiwoong, estaba preocupada de que otra vez hayas intentado hacer algo raro! ¿Dónde estás ahora?

—A mí también me alegra escucharte, Joohyun noona~ — dice el pelinegro en un intento de suavizar los regaños de la mayor.

—¿Alegrarme? Y para tí, soy Irene, por favor— soltó con molestia la mayor —Por supuesto que me alegra saber que estás bien, ¿dime ahora dónde diablos estás?

—Estoy bien. No tienes de qué preocuparte, soy un hombre mayor, y sé cuidar de mí.

—Claro, sé que sabes cuidar de tí mismo, Jiwoong, pero no puedes simplemente desaparecer por meses y dejar de lado tus responsabilidades, y dejarme con el pendiente de saber si estarás bien o no— dijo suavemente Irene —Además, tienes que volver a Seúl pronto, la editorial quiere saber si pronto escribirás algo nuevo o si ya tienes escrito algún tra-

El menor la interrumpió.

—Noona, estoy teniendo nuevamente esa pesadilla. No sé si él está molesto conmigo o algo, ya habían pasado años desde la última vez que soñé con aquel día...— dejó salir un suspiro pesadamente, antes de siquiera darle la oportunidad a Irene de volver a reprenderlo —Regresaré a Seúl en estos días, adiós— Jiwoong cortó la llamada.

«¿Cuánto tiempo había estado fuera de Corea?» se preguntó Jiwoong. Ciertamente no lo recordaba, y es que poco era el tiempo que pasaba en Seúl, cada que regresaba solamente duraba dos o tres días, pues estar en el país nunca le sentaba bien emocionalmente.

Después de la muerte de Woohyun, Jiwoong se había encargado de encontrar a los responsables tras el complot de su asesinato. Las investigaciones indicaban que Hanbin había sido contactado por el hijo del emperador chino, Zhang Hao, quien estaba dispuesto a ofrecerle un alto puesto como Oficial General del Ejército una vez que las fuerzas del imperio Zhang derrocaran a Su Alteza Kim Jiwoong del trono.

Es decir, cuando Hanbin lo asesinara el trono pasaría al imperio Zhang.

Para la buena o mala fortuna de Jiwoong, Hanbin no logró asesinarlo, por lo que Jiwoong trabajó sin descanso hasta que logró asesinar al emperador chino para vengarse del príncipe heredero Zhang Hao.

𝐫𝐞𝐧𝐚𝐢𝐬𝐬𝐚𝐧𝐜𝐞 - 𝐦𝐚𝐭𝐭𝐰𝐨𝐨𝐧𝐠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora