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El día en que Yunjin conoció a Chaewon, la mayor no la había mirado ni escuchado ni siquiera un segundo, por más que la menor la había saludado con suavidad Chaewon no se encontraba conectada al mundo ese día.

— Oh, ella es mi hermana, la mayor— había dicho Minjeong, ella tenía otro hermano además de Chaewon, Beomgyu, pero no se encontraba en la casa en ese momento—. Tiene autismo, no te va a hacer caso.

Ese día Yunjin tenía dieciséis años y Chaewon tenía diecisiete, su estado aún estaba en un autismo severo, estaba en su mundo la mayoría del tiempo, y la única persona que reconocía completamente era a su padre, y otras veces a Minjeong y a Beomgyu, aunque también los ignoraba de vez en cuando.

Algo que Minjeong le explicó después es que Chaewon era adoptada, solía tener el apellido de otra familia antes de que el padre de Minjeong y Beomgyu le había dado el suyo, Chaewon había sido abandonada una y otra vez, primero por sus padres biológicos y después por sus otros hogares, nadie sabía cómo tratarla y Chaewon cada vez se había vuelto más cerrada en sí misma, cada vez confiaba menos en las personas y cada vez su autismo empeoraba un poco más.

Con el paso del tiempo, y con las visitas a la casa de su mejor amiga, Yunjin comenzó a observar a Chaewon con mayor y mayor curiosidad.

Debía admitir que la mayor era muy tierna.

Tenía el cabello castaño oscuro, y lo llevaba bastante largo, era difícil cortarlo porque no le gustaba, así que solo esperaban a que ella no lo aguantara y dijera que lo quería distinto.

Le gustaban las estrellas, tenía pósters de constelaciones por todo su dormitorio, junto con libros de astronomía.

También le gustaban las cosas con brillos, porque para ella parecían estrellas también.

Su color favorito era el azul y solía coleccionar cosas de ese color, y su programa favorito era "El Universo" que pasaban en un canal de ciencias, también le gustaban algunas películas de ciencia ficción pero que no tuvieran mucha violencia, Chaewon odiaba la violencia.

Casi nunca hablaba, incluso cuando parecía hablar sola, no hacía ni un ruido, era prácticamente muda.

Yunjin había conocido a Chaewon en muchos aspectos, sin que Minjeong le dijera nada, y sin que Chaewon la hubiera notado a su lado siquiera una vez.

Minjeong no era de pasar mucho tiempo con Chaewon, no la odiaba, no le caía mal, no era mala con ella, es sólo que nunca había logrado conectar con la mayor del todo, así que intentaba pasar poco tiempo, y enfocarse en otras cosas, solía evitarla también, principalmente en los momentos dónde sentía no tener paciencia para nadie o cuando se molestaba.

Y fue un día donde Minjeong estaba especialmente molesta, porque su celular nuevo había desaparecido, Yunjin estaba con ella y negaba haberlo escondido en forma de broma, en que Chaewon conoció a Yunjin finalmente.

Fue cerca de dos años después de que Yunjin conociera a Chaewon, la mayor tenía diecinueve y la menor dieciocho.

Mientras Minjeong buscaba por toda la casa con cara de que iba a matar a alguien, a Yunjin se le ocurrió la brillante respuesta a los diez minutos de empezar el drama por el celular perdido, y comenzó a buscar a la mayor por toda la casa, hasta encontrarla en su cuarto, con el celular de Minjeong entre sus manitos.

Vió con una sonrisa como jugaba con la funda de esta, era de color azul claro, tenía agua y brillos flotando en esta, Min era una idiota si creía que Chaewon no se quedaría con la funda y el celular incluído.

Con algo de nervios, se agachó frente a ella, para hablarle por primera vez.

— Chaewon, eso no es tuyo— los deditos de la menor se detuvieron, supo que la había escuchado, estiró sus manos hacia él teléfono y lo tomó con suavidad, sin hacer fuerza, sólo apoyando sus dedos sobre este, no sabía cómo reaccionaria la mayor al contacto físico —. ¿Me lo das? Minjeong lo está buscando.

Chaewon comprendió y dejó que tomara el teléfono, pero después se dió cuenta que lo quería y que no podía dejarlo, se estaba entreteniendo demasiado, un sonido quejoso como un pequeño llanto escapó de ella al frustrarse, sin poder dejarlo ni quedarselo.

— Muy bien, Chaewon, muy bien — dijo la menor, y con un leve tirón se llevó el móvil, una vez que ya no estuvo en sus manos Chaewon se sintió mejor y en un reflejo alzó la vista hacia ella.

Por primera vez en su vida, Yunjin y Chaewon se miraron a los ojos, los ojitos de la mayor eran marrón chocolate, los de la menor eran negros.

Yunjin vio a Chaewon sonreír, sus ojitos se hicieron dos líneas y sus manos se agitaron de felicidad.

La menor no pudo evitar sonreir con ella, totalmente encantada de esa primera vez que Chaewon conectaba con ella.

Chaewon sintió su rostro más caliente al verla hacer aquel gesto, no sabía por qué, era esa sonrisa con encías y esos ojitos que le provocaron emociones que le gustaron, llevó sus manos hacia sus mejillas con fuerza para apagar ese calor, al golpearse sintió dolor pero estaba acostumbrada a regularse con eso, así que se sintió más aliviada, pero quién no entendió aquello fue Yunjin, que su sonrisa se borró.

— Chaewon, no te golpees así... — llevó sus manos a las de la mayor, acariciandolas suavemente, los ojitos de Chaewon la volvieron a mirar pero se sintió extraño, como si la mirara con miedo, así que se separó de ella, llevándose el celular de su amiga, al voltear de nuevo hacia ella antes de salir del cuarto, Chaewon ya había vuelto a su mundo.

Fue hasta el cuarto de Minjeong, donde ella seguía molesta y no le hablaba a nadie mientras miraba el suelo cruzado de brazos.

— Toma— dijo Yunjin extendiendo el celular hacia ella.

— Si lo tenías tú, idiota, te odio, ¿Todo el puto día-?

— Lo tenía Chaewon, no me jodas, ¿No se te ocurrió que tú funda le iba a gustar demasiado y se lo llevaría?

— ¿Qué tiene mí funda? — Minjeong la miró, viendo el líquido y los brillos algo desacomodado aún por el resiente toqueteo.

— Es azul, a Chaewon le gusta mucho el azul, tiene brillos y a ella le gustan las estrellas, y además se puede quedar horas jugando con el agua que tiene, estaba haciendo eso cuando lo encontré.

Minjeong se quedó mirándola un momento, y se preguntó de dónde sabía tanto de su hermana, muchas veces Chaewon era un misterio para los demás y no podrían comprenderlo por más que intentaran, estaba algo sorprendida.

— Bueno, tienes razón— le dijo, finalmente miró la carcasa y suspiró—. Toma— la quitó rápidamente—. Dásela a Chaewon.

— ¿Yo?

— Sí, tú— dijo Minjeong, se ve que seguía estando enojada, Yunjin rodó los ojos con fastidio, tomó la funda y fue por segunda vez al cuarto de la menor.

Chaewon seguía allí, ordenando sus cositas de color azul en la estantería, tenía muchísimas cosas diferentes, le gustaban las cosas pequeñas porque podía juntar muchas, tenía desde tapas de botellas, dinosaurios de juguetes, accesorios como anillos y aros, útiles escolares y un par de flores azules también, pero solía tirarlas a la basura cuando se marchitaban y cambiaban a color marrón.

— Chaewon.

La mayor no reaccionó a su voz, así que Yunjin se acercó a ella de todas formas, colocándose a un lado y mostrándole la funda de celular que tanto le había gustado, poniéndola a la altura de sus ojos, haciendo que Chaewon la viera enseguida.

La vio sonreír de nuevo y tomó la funda entre sus manos, y por un momento se quedó allí, esperando que la mirara, pero no lo hizo.

Sonrió con algo de pena, en verdad le encantaría conectar con ella, pero no era muy fácil.

— De nada, Chaewonnie— dijo Yunjin al retirarse.

— Gra-cias.

En verdad no esperaba que hubiera una contestación, y tuvo que detenerse un segundo para mirarla sin creer que había escuchado su voz después de tanto tiempo de sólo silencio.

Con una sonrisa conforme y demasiado feliz por algo que no debía de ser para tanto, se fue a su casa sintiendo como si hubiera ganado un premio.

Sarang. | PurinzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora