El latido de las estrellas

Prólogo

Ella era una mujer enigmática y seductora. De mirada profunda y sonrisa tentadora.

Su belleza era un arma mortal,una tentación para cualquiera. Era una mujer que dominaba el arte del engaño, que sabía lo que quería y cómo conseguirlo,

No había persona que pudiera resistirse a su encanto,su corazón era como una prisión sin llanto.

Era una mujer que inspiraba pasión y deseo,que despertaba emociones que no se podían contener. Con ella siempre había peligro y aventura,una tentación que llevaba al abismo y a la locura.

Era una mujer que había sido tocada por el fuego,que había conocido la oscuridad y la luz, que había aprendido a sobrevivir en un mundo hostil,y que se había convertido en una leyenda inmortal.

Era una mujer que muchos amaron y odiaron,que dejó una huella imborrable en sus vidas. Una mujer que nunca será olvidada, porque su leyenda seguirá viva por siempre.

El es un hombre de presencia imponente, que se mueve con gracia y determinación,y su carisma es tan fuerte que no puede ser ignorado,incluso por aquellos que quisieran resistir su tentación.

Es un seductor nato, un cazador de corazones,que sabe cómo jugar con las emociones de los demás,y aunque su arrogancia puede ser molesta en ocasiones, es un rasgo que lo hace aún más atractivo a los ojos de las masas.

Su cabello oscuro y revuelto, le cae sobre la frente ,y sus ojos oscuros como el abismo, son su sello distintivo, con un brillo travieso que invita al juego, y un magnetismo que atrae a todos hacia su fuego.

Él era un hombre con una mente egocéntrica , convencido de que el mundo giraba a su alrededor. Era arrogante y seguro de sí mismo, y creía que podía conseguir todo lo que quería con solo chasquear los dedos.

Ella, por otro lado, era una mujer seductora, segura de sí misma y sin miedo a nada. Era capaz de envolver a cualquier hombre, y sabía exactamente cómo conseguir lo que quería.

Cuando estos dos personajes se encontraron, fue una colisión de egos. Él intentó seducirla con su arrogancia y su seguridad, pero ella no se dejó impresionar por sus palabras vacías. En cambio, lo desafió, lo empujó a sus límites y lo llevó al borde de la locura.

Ambos se encuentran en una lucha de poder continúa, pero a veces es necesario perder el control para poder saborearlo.