Descubriendo sal en aguas dulces, donde el romance se funde con el río. Un amor que fluye como sus corrientes, envolviéndonos en su mágico hechizo.
En las orillas de su cauce sereno, nos encontramos, tú y yo, en un suspiro. Nuestros corazones latiendo al compás, enlazados como el agua y su giro.
El río, testigo de nuestro encuentro, refleja la pasión en cada oleaje. Sus aguas cristalinas nos susurran, secretos de un amor sin naufragio.
Bajo el sol, que besa su superficie, nuestros cuerpos bailan con deleite. Las caricias se entrelazan como hilos, creando un lienzo de amor tan perfecto.
Como el río que fluye sin cesar, nuestro romance avanza sin medida. Navegamos juntos, sin miedo a naufragar, descubriendo el éxtasis en cada despedida.
Y así, en este río de amor y pasión, nos sumergimos en su mágica corriente. Descubriendo sal en aguas dulces, fundiendo nuestros destinos eternamente.