1 - Encantos

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Jeno había terminado su entrenamiento de esgrima, sentía un poco entumecidas las piernas y brazos, la cabeza le punzaba y las gotas de sudor bajaban por sus sienes llegando hasta su cuello.

Se sentó en la banca de los vestuarios, quitándose el uniforme y secando su cabello, tomó la toalla de su maleta y sus cosas de higiene personal para bañarse antes de ir a su última clase.

Sabía que no había dado su mayor esfuerzo, todos se lo hicieron saber, el entrenador le gritaba que repitiera una y otra vez los movimientos de batallas, que parecía principiante.

Pero, ¿cómo se suponía que podría concentrarse si ese chico lo veía tan fijamente?

Se había convertido en un problema desde que lo conoció, era el nuevo fotógrafo del periódico escolar. Así que simplemente un día llego con su cámara a tomar fotos en las batallas y entrenamientos, al final de cuentas el equipo era campeón por 3 años consecutivos, no era una sorpresa que casi todo se tratará de ellos.

Comenzó a prestar atención, desde lo increíble se veía siempre que lo miraba, no era el típico chico nerd asustadizo de las películas que su hermana veía de vez en cuando. Parecía un chico seguro de sí mismo, elegante hasta cierto grado, limpio y... Lindo.

Y Dios, como le molestaba entender que se había estado interesando en Na Jaemin, le molestaba saber que sus neuronas no conectaban correctamente con su mente y cuerpo cuando lo tenía a escasos metros de distancia, que cuando lo veía sonreír por alguna estupidez de sus amigos sus piernas parecían gelatina, sintiendo que se derretía ante él.

Porque jamás pensó que un chico fuera tan tentador, jamás pensó caer ante una linda sonrisa, jamás imagino que desearía tanto fundir sus manos en el cabello tan esponjoso... Jamás.

Y la confusión e incertidumbre lo ponían de mal humor, mucho más cuando dejaba de funcionar correctamente y sentía que todo le salía mal. Ese chico, Na Jaemin, era un problema para él. Así que comenzó a molestarlo.

Primero fue un chiste estúpido, diciéndole que se veía muy afeminado con el suéter lila de lana que le llegaba a la cintura, y se subía de vez en cuando dejando ver un poco de piel de su abdomen, y mierda, su piel se veía tan suave. Pero Jaemin en lugar de molestarse le sonrió, nunca se molesto con él ni sus comentarios.

La furia aumentaba, al igual que el deseo.

Abrió la llave del agua fría, entró en la ducha y dejó que el chorro fluyera por su espalda, recargo su frente en la pared y cerró los ojos. Se repetía una y otra vez en su mente la imagen de aquella sonrisa, aquellas manos, piernas, abdomen, aquel rostro, aquellos ojos que lo veían profundamente.

Inhalo pesadamente, el calor comenzaba a acariciar su pene, se sentía estúpido, estaba poniéndose duro con sólo recordar escasos momentos de Jaemin. Pero era inevitable.
Trato de olvídarlo, tomó su champú y vacío un poco del contenido en su palma para después pasarlo por su cabello, moviendo las yemas de sus dedos en círculos.

La excitacion no desaparecía, su pecho subía y bajaba con más rapidez, su mente la estaba haciendo una mala jugada. Era increíblemente vergonzoso pero tan satisfactorio.

Ahora imaginaba a Jaemin debajo de él, aferrado a su espalda con sus piernas enredadas en sus caderas, su cabello revuelto, sonrojado y con la boca entre abierta dejando escapar soniditos, entrando sin cuidado en su agujero.

Tomó su duro y dolorido miembro con sus manos llenas de jabón, dudo un poco en alivianarse, pero de pronto ya estaba moviendo hacia arriba y abajo su mano, dejándose llevar por aquel sucio pensamiento. Jaemin suplicando por él, pidiendo más de él, sonriendo para él, existiendo para él y solo para él.

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⏰ Última actualización: May 18, 2023 ⏰

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