𝙨𝙖𝙮 𝙮𝙤𝙪 𝙬𝙖𝙣𝙣𝙖 𝙗𝙚 𝙬𝙞𝙩𝙝 𝙢𝙚 𝙩𝙤𝙤（ 𝙘 𝙝 𝙖 𝙚 𝙣 𝙣 𝙞 𝙚 ）

𝐮𝐧𝐝𝐢𝐜𝐢

"De acuerdo. Podríamos ir a un bar de lesbianas, o -".

"Sí".

"¿Si?".

"Sí. ¿Dónde más querría ir?".

"No lo sé", se defendió Jennie. "No estaba segura de si eras gay. Quiero decir, nunca mencionaste a ningún hombre, pero igual podrías ser bi o algo así".

"Soy lesbiana", aclaró Chaeyoung. "Preferiría ir a un bar de lesbianas si te parece bien".

"Me parece muy bien", le dijo Jennie, apoyándose en la pared de la habitación del hotel. Volvieron después de su paseo para calentarse y hacer planes para la cena. Chaeyoung se dedicó a colgar los abrigos en el perchero. La nieve derretida les estaba haciendo mucho daño. Jennie la observaba, aburrida. "Puedo conseguir chicas".

"¿Planeas hacerlo con alguna chica esta noche?", preguntó Chaeyoung, sacudiéndose el agua de los guantes.

"Depende de lo bien que te parezca que me lleve una o dos a la habitación del hotel".

"Preferiría que no lo hicieras", insistió Chaeyoung.

"Vamos", Jennie le dio un codazo en el costado a Chaeyoung, moviendo las cejas. "Puedes mirar".

"No voy a ser la patética cuarta rueda viendo cómo hacen un trío en nuestra habitación de hotel".

"Entonces trae a alguien para ti. Si tú y Joy no están saliendo, eso significa que puedes dormir con quien quieras, ¿verdad? Si ella no te importa, suéltate, diviértete un poco. ¿Alguna vez oíste eso de: "Lo que pasa en Nueva York, se queda en Nueva York"?".

Chaeyoung apretó los labios, frunciendo ligeramente el ceño ante el desafío de Jennie. "Quizá lo haga".

"De acuerdo entonces", dijo Jennie. "Trato hecho. Si las dos encontramos citas que estén de acuerdo con una extraña orgía en una habitación de hotel para turistas, las traeremos aquí. Pero si ambas no encontramos citas, seré considerada y dejaré la mía en el bar para no mantenerte despierta toda la noche".

"¿Asumes que soy yo la que no encontrará a alguien?".

Jennie se encogió de hombros. "Solo digo que estoy buena y que tengo un buen historial de ligues cada vez que salgo".

"Tal vez con hombres", se burló Chaeyoung. "Los hombres son fáciles".

"¿Y qué?", cuestionó Jennie. "Solo estás celosa. Y siendo bifóbica".

"No me importa si te acuestas con hombres", se defendió Chaeyoung. "De todas formas no importa. No creo que haya muchos hombres de los que preocuparse en un bar de lesbianas".

"Sip", coincidió Jennie, de repente emocionada por la perspectiva de hacer algo entretenido con su noche. "Es un campo de juego parejo. Las dos solo tendremos chicas que nos coqueteen, y apuesto a que yo seguiré recibiendo más miradas del otro lado de la barra que tú".

"Las miradas desde el otro lado de la barra no importan", argumentó Chaeyoung. "La gente puede mirarte porque tienes comida entre los dientes. O un evidente problema con el alcohol. Los números de teléfono importan".

"Sí, si quieres llevarlas a cenar el próximo fin de semana", contraatacó Jennie. "No sé tú, pero cuando me voy con alguien de un bar, apenas recuerdo su nombre. No rebusco entre sus cosas un número de teléfono o una dirección para ponerme en contacto con ellos más tarde. Solo una tarjeta de crédito para poder robar su identidad".