Crucigramas de amor

Chipre

-¡Leah Camille, será mejor que te bajes ahora por esas escaleras que se nos hace tarde!

-¡Ya estoy lista mamá! -bajo las escaleras corriendo y sonriendo viendo a mi padre resolviendo su típico crucigrama en el comedor de la casa con mi pequeña hermana a su derecha y mi madre a la izquierda, las dos le apoyan para que el crucigrama sea la actividad más entretenida de la mañana.

-Su capital es Nicosia... -anuncia mi padre.

Mamá y Cecile se observan.

-Chipre -contesto y mi padre asiente anotando la respuesta en su crucigrama.

-¿Cómo es que lo sabes todo? -dice Cecile.

Me río y doy una mordida a mi pan tostado con mermelada, encojo los hombros y sigo desayunando.

-Papá, necesito ponerle gasolina al coche, ¿te molestaría darme veinte dólares?

-Claro que no.

-Hija, ¿a cuantas universidades ya has mandado tu solicitud?

-Tres.

-¿Y se puede saber a cuales?

Niego con la cabeza y le doy un sorbo a mi jugo de naranja.

-No quiero arruinarlo o sentir que llamo a la mala suerte.

Me levanto de la mesa para subir corriendo a lavar los dientes y veo a Cecile salir del baño limpiando su rostro.

Tomo mis cosas y bajo corriendo de nuevo.

-Nobel de Física en 1995 por descubrir la partícula tau o tauon. Martin Lewis...

-Perl -les doy un beso a ambos y salgo corriendo con Cecile pisándome los talones.

-Genial -mi padre niega con la cabeza y una gran sonrisa en su rostro.

-¡Maneja con cuidado! -grita mi madre.

-¿¡Cómo es que lo sabe todo!? -exclama Ceci.

Llego a la gasolinera y me percato al bajar del auto que he dejado el dinero en la mesa, y no cuento con mas efectivo, gracias a mi nuevo método de ahorro de no llevar dinero a ningún lado

-¿Ceci, tienes dinero? -Ceci se burla dentro del auto.

-Le, no puede ser posible que seas así de distraída -empieza a buscar en su mochila lo que parece ser su cartera, sus ojos se abren como un par de platos y empieza a revolotear lo que sea que traiga en ese bolso, y empiezo a burlarme.

-¡Ha, ha! y la distraída soy yo ¿cierto?

Mi padre a este punto debe de estar ya en el trabajo y mi madre, si mi madre se entera que olvide el dinero y la hago venir hasta acá, me va a asesinar.

Cuando saco mi celular para llamar a Jovana o Larissa, el auto de Derek Taylor se aparca al otro lado de donde está el mío.

¿Cómo se que es su auto? Bueno, digamos que en la escuela es uno de los chicos con unos padres sumamente millonarios que heredaron un gran negocio de madera para construcción. Lo que nos lleva a que maneja un Porsche 911 negro sumamente hermoso.

-Veo que estás varada -se burla un poco con esa linda sonrisa de lado. Una hoodie gris, un pantalon negro y unos vans es lo que lleva puesto.

No necesita más para cautivar a cualquiera que se cruce en su camino. Su cabello castaño, sus ojos cafés, y sus facciones marcadas y a la vez finas me emboban por un segundo.

-Tierra llamando a Leah -dice.

-¿Cómo sabes mi nombre? -respondo. Qué vergüenza. ¿Por qué pregunte eso?