Desde niños nos habían entrenado cruelmente solo por ser Eldianos para poder trabajar para el ejército de Marley, después de ser arrastrados con la cara contra el lodo se nos trató como personas normales y solo porque éramos dentro de lo que cabe sido aprobados por los estándares de los lideres.
Al alistarme para el ejercito lo hice solo por una verdadera razón; puede que no fuera tan poderosa como la de mis compañeros de guerra pero mi objetivo era traerle honor a mi familia y hacerles saber que podía protegerlos con cuerpo y alma hasta llegar a traerle paz a los de Eldia como lo fueron los otros candidatos a portadores de titanes de mi familia. Un sueño razonable para una niña obligada a destruir toda una nación en nombre de rivales.
Me ha sido heredado el titán hembra, lo oculté bastante bien mis primeros años dentro de Paradise, en realidad no necesitaba manifestarlo de momento según los planes impuestos por nuestro comandante, pero tampoco dejé ver el poder de regeneración que este otorgaba.
Estuve haciendo amigos durante el entrenamiento, aunque a la única que consideraba como verdadera era solo Aliona; ella es una chica muy alta, de cabello negro quebrado, ojos verdes, piel pálida y delgada, la cual ha sido mi apoyo incondicional desde nuestro reclutamiento.
La primera fase después de entrar de infiltrados a Paradise era buscar toda información del titán fundador; no sabíamos el como lo íbamos a buscar debemos conocer primero el territorio, adaptarnos a esta sociedad subdesarrollada para hacernos pasar perfectamente como uno de ellos, con ayuda del poder de Aliona logramos perforar la muralla exterior y hacer que los titanes invadieran la ciudad, la destrucción causó revuelo y todo era solo para medir lo que sus fuerzas militares pueden llegar a hacer, pero son muy pocos y débiles los recursos que tienen por lo que no ha sido necesario un mayor ataque de nuestra parte. Ocultos entre los huérfanos se nos dio la oportunidad de entrar a su fuerza militar y fue entonces que nos unimos como reclutas para entrar a uno de las escuadrones, claro que, por tener entrenamiento previo éramos los mejores sin mucho esfuerzo, logrando así que Aliona y yo fuéramos el primero y segundo lugar en la lista.
Ahora era el momento en el que nos escogería uno de los líderes de un escuadrón.
Había tres opciones a elegir, podríamos estar con la guardia estacionaria, la policía militar y la legión de reconocimiento, la primera no aportaba mucho a nuestra misión, solo estaríamos cuidando desde arriba de las murallas y los alrededores por dentro, nada que sea de utilidad, la segunda opción era la más cotizada por dar una vida cómoda en lo que parece ser la capital de la isla, se dan privilegios y se salvan de morir en batalla con los titanes. La ultima opción era la que de verdad nos interesaba, podríamos aprender todo lo que saben sobre nosotros y tomarlo de ventaja si llegase a haber una guerra por portar al titán fundador.
El comandante de dicha legión, Erwin Smith se paró frente a nosotros decidido a convencernos de unirnos a sus filas. — Aliona Kruger, Porco Galliart y Alessia Parker, quiero que formen parte de mi escuadrón, son fuertes, hábiles, e inteligentes; no dudo que serán pieza clave para llevar a la legión a una victoria segura y salvar a la humanidad que sufre detrás de estás murallas.
Porco sonrió de medio lado manteniendo postura formal y entonces los tres saludamos a Erwin con el respeto que merece el comandante de la legión estando en las filas de candidatos dentro del castillo de Trost.
—¡Si señor!
—Cuento con ustedes entonces soldados. — Respondió el con una sonrisa llena de orgullo por haber elegido esta sección.
Poco después se acercó una mujer joven y de estatura media, tiene la cabellera larga y castaña, la cual siempre lleva atada en una cola de caballo, sus ojos son grandes y de color café oscuro, utiliza un par de anteojos y mantiene una expresión alegre en su rostro.