『01』

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{JIMENA}

A veces me pongo a pensar en todo lo que tuve que vivir en el pasado para disfrutar de este presente, un presente en el que al igual que en el pasado paso las noches en blanco para alcanzar mi objetivo y obtener la mejor puntuación en un determinado examen o exhibición, un presente en el que al igual que en el pasado tengo que levantar bien temprano para ir a trabajar, un presente en el que al igual que en el pasado también debo recibir y acatar órdenes y un maldito presente que en el pasado traté de mejorar para tener una mejor vida pero todo resultó igual e incluso peor que en el pasado. Un presente fatigante...

El hecho de tener que trabajar arduamente me estresaba día a día y el ambiente en el apartamento para rematar se sentía de lo más funesto.

Observaba a mi alrededor a ver si encontraba algo con qué entretenerme después de haber acabado con el proyecto que tanta posesión me tomaba, pero pensar en lo aburrido que sería distraerme sola en el despejado espacio sólo conseguía generar más abatimiento en mi débil cuerpo como para animar el día de asco que estaba llevando.

De repente resuena mi móvil haciendo que maldijera dentro.

Aprovecho en mirar la hora mientras el aparato permanecía encendido y generando ruido en toda la habitación.

Marcaban la 01:49 de la mañana.

—¿Quién en su sano juicio llama a estas horas de la noche...? —pensé

Pero estaba tan cansada que le resté importancia y no atendí la desconocida llamada.

Solté un leve suspiro, era tarde, llevaba trabajando todo el día que no me había percatado de la hora que era, aunque siendo sincera llevaba buen tiempo sin dormir, el trabajo me tenía tan entretenida que ni tenía planes para animar mi desvaída vida.

Una vez apagué todas las luces me recuesto en mi cama tratando de conciliar el sueño, cosa que no fue difícil ya que en menos de cinco segundos estaba ya en brazos de morfeo.

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Al fin llegó viernes.

En los viernes no tenía que preocuparme tanto por el trabajo ya que podía pasar tiempo con mis amigas y salir por ahí a distraerme un poco.

Así, después de varias horas en el trabajo teniendo que aguantar los estúpidos y obscenos comentarios de mi jefe finalmente volví a casa, claro con la esperanza de encontrarme con las dos personas que más amaba.

Por eso mismo me tomé la libertad de ir primero al super.

Y como ya era costumbre me las encontré en el interior del tétrico lugar, aquello no era sorprendente ya que tenían una copia de la llave y podían entrar cuando gustasen.

—Hay que conseguirte sexo esta noche. —soltó sin la mínima vergüenza la rubia de ojos azules una vez le resumí el horario de vida que ahora estaba manejando.

—¿Qué te parece un buen trío? —propone la castaña de orbes cafés extendiendo su teléfono móvil el cual mostraba imágenes de diferentes chicos semidesnudos.

—Yo me conformaría con unas cuantas copas y una buena música.

Mis palabras suenan tan aburridas y patéticas logrando desalentar a las chicas.

—Jimena pero si eso es lo mismo cada noche, deberías, no sé, liberarte un poco más. ¿No crees?

Permanezco en silencio. Odio admitirlo pero lo cierto era que me estaba muriendo por pasar una noche algo “agradable” ya saben a lo que voy... Soltarme de lo normal.

  ❍⃝⃘۪۪۪͡EST𝝝C𝝝LM𝝝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora