『13: FINAL 2』

61 7 4
                                    

{JIMEMA}

Después de que nos separásemos del quinto abrazo me conducí en dirección a lo que se definía como mi libertad hasta que no quedó nada por presenciar de la figura de Jaden junto a su auto. Cosa que admito extrañar muy adelante y probablemente difícil e incapaz pueda superar.

Por cada zancada que daba mi estómago gruñía algo inquieto, pues que ni yo misma podía creer lo que estaba sucediendo, siempre me había planteado volver pero nunca había mentalizado una entrada a mi anterior vida ni una mejor forma de explicar todo lo que me había pasado durante estos largos seis meses.

No había tardado caminando cuando algunas casas se hicieron visibles frente a mí, mis ojos se humedecieron de júbilo y caminé más rápido sin mirar hacia atrás.

Todo seguía igual, nada había cambiado.

Tal y como lo imaginé.

Por ende decidí llegar primero a mi apartamento, quería darme un buen descanso en lo que organizaba las cosas pero... Para mi sorpresa estaba cerrada. A juzgar por las diferentes voces que procedían del interior deducí que probablemente otra gente ya vivía ahí.

Me dejé caer en el umbral de la puerta cerrada mientras pensaba en lo que podría hacer a continuación si ya no tenía un hogar en el que vivir.

Comparado con dormir en la calle ir hasta mi madre sería más caótico y la opción menos adecuada en este momento, gracias a Dios tenía la otra opción de visitar a las chicas cosa que no dudé y salí casi corriendo de ahí.

Toqué la puerta de la casa en la que vivía Sara y segundos después fui recibida por una rubia de orbes azules celestes quien al verme entró en un estado de shock con la boca completamente abierta a punto pero incapaz de articular palabra.

—Hola—bastó para conseguir que la contraria se desmayase entre mis brazos, pero por lo visto no estaba sola, Judith apareció a continuación quedando en el mismo estado inconsciente—Vaya yo también me alegro de veros—sonreí algo burlesco por la graciosa escena ante mis ojos.

Tomé con sumo cuidado el cuerpo de cada una hasta descansarlo sobre el sofá tal y como había hecho anteriormente con Jaden con la única diferencia de que éstas no pesaban tanto.

Sólo quedaba esperar a que despertasen.

Pasaron como cuarenta segundos cuando la voz de Sara pronunciando mi nombre me llamó la atención deteniendo mi intención de inspeccionar las nuevas decoraciones de la casa.

—Hola.

—¿Eres tú de verdad, no es un sueño?

—No, pero si no te levantas del sofá para darme un buen abrazo te juro que se te hará difícil creer.

Casi con las piernas tambaleándose  se me acercó.

—Eres tú... Eres... Eres—detuvo sus palabras abrazando mi cuerpo con sumo cuidado y cariño.

—Tranquila.

Judith se levantó a continuación, felizmente se acercó a abrazarme también.

Ambas lloramos, pues no había sido nada fácil estar tan separadas durante tiempo.

Pasamos buen rato hablando y poniéndonos al día, lo suficiente como para saber que mi jefe había sido asesinado, Judith había conocido a un hombre súper majo con el que pensaba tener alguna relación seria y que mi hermana había vuelto en la ciudad porque la empresa se estaba quebrando debido a que mi madre se había puesto gravemente enferma del corazón.

No voy a mentir que aquello no me dolió pero es que joder, son mi familia y debía estar con ellas aunque no nos lleváramos tan bien.

Sara me ofreció una taza de chocolate caliente para menos intensar la situación.

  ❍⃝⃘۪۪۪͡EST𝝝C𝝝LM𝝝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora