El día más feliz de mi vida por fin llegó. Iba a ser por fin, parte de la familia Heeler. En mi corazón late la emoción.
Por fin estaría con el hombre de mis sueños. Mi hermoso Rad, mi príncipe hermoso. Nuestras vidas iban a unirse para siempre y nadie lo podría arruinar. Todo fué como se planeó.
La iglesia, la recepción. Nuestra Luna de Miel, no quiero entrar en detalles con eso, todavía son muy pequeñas para saber esa clase de detalles.
Sus primas estaban muy emocionadas por mi boda con Rad. Sus tíos también estaban felices por mi. Sobre todo su tía Chilli.
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-Que bonita historia mami.- dijo Almond.
-Otra vez les contaste nuestra historia, mi caramelito?- preguntó Rad.
-Es que a las niñas les encanta.- dijo Frisky.
-Muy bien niñas, ya es hora de dormir.- dijeron Frisky y Rad al mismo tiempo.
-Owww- dijeron ambas niñas.
-Descansa Almond y recuerda, siempre estaré aquí para ti no importa que yo no esté, por que te quiero.- dijo Frisky.
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Después de dormir a las pequeñas, Frisky y Rad se dirigieron a su habitación. Agradeciéndole al destino que pudieran estar juntos.
Frisky estaba feliz por haber conocido a Rad. Él había curado su corazón roto y con su cariño y amor había podido recuperar la confianza en el amor.
Y ella también agradeció a Chilli por ese pequeño descuido que le permitió conocer a su príncipe encantador.
El principe que la rescató de ese dragón llamado Desilusión.
